Alessandro y Martini

viernes, mayo 12


Queridos amigos virtuales,

Mi querido Alessandro, ya mi barman personal, me sorprende cada día más. Todas las noches acudo un ratito a la sala de fiestas del hotel para hablar un poco con él mientras me prepara uno de sus deliciosos cócteles. Oh, queridos, es tan sublime ver el ritual que utiliza a la hora de crearlos. Me extasía. Incluso a veces noto subir el rubor a mis mejillas ante la seguridad de sus movimientos. Realmente es arte en movimiento.

La historia de Alessandro se me descubre como una madeja de hilo que se desenrolla guiándome por caminos secretos. Resulta que Alessandro es descendiente de uno de los grandes bármanes que fueron despedidos durante la prohibición de Estados Unidos en los años 20, cuando no se podían servir bebidas alcohólicas. Su abuelo emigró a Francia, donde encontró trabajo en un gran hotel y, como el resto de bármanes que se vieron obligados a emigrar al perder sus puestos de trabajo, ¡contribuyó a extender el martini por Europa! ¿No es casualidad? Además se llama como uno de los fundadores de la compañía Martini, la compañía que fabrica la ambrosía que tanto me gusta: Alessandro Martini. ¿Será todo esto casualidad o un guiño del destino? Realmente hay veces que pienso que hay alguien que nos mueve y nos coloca en situaciones extrañas para su disfrute personal, como un juego divino del que somos piezas.

A raíz de este descubrimiento, me interesé por la historia de la compañía Martini. Si me gustaba tanto ése brebaje, ¿por qué no descubrir cuál era su origen? Me puse mi gabardina y mi pamela gris, además de mis gafas de sol, sintiéndome como una verdadera detective privada, y me dirigí al registro mercantil en la limusina. Quería hacer estas indagaciones por mí misma. Este asunto se había convertido en algo místico, personal, y no sabía por qué.

En el registro mercantil no descubrí mucho más que algunos de los movimientos de la empresa. Al parecer su origen fue una destilería, la Destilería Nacional del Espíritu del Vino (Distilleria Nazionale di Spirito di Vino), que se convirtió en productora de vermouth en la región de Turín, Italia, en el año 1840. Después, en el año 1863, la compañía pasó a llamarse Martini, Sola & Cía., y en 1879 cambió su nombre a Martini & Rossi. Finalmente, en el año 1992, pasó a ser propiedad de la gran familia Bacardi por una suculenta suma de dinero que ha erizado mis pestañas de forma inmediata. Por sus cuantiosos ingresos, yo diría que las ventas de martini van de maravilla. Me veo obligada a decir en este momento, dejando de lado falsas modestias, claro está, que yo contribuyo bastante a que así sea, pues lo tomo como aperitivo a todas horas, queridos, y en mi hotel nunca falta este delicioso vermouth.

Mañana continuaré con mis indagaciones, pues aún me queda mucho por descubrir.

Eternamente vuestra, e intrigada
Pamela

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Diamantes... 2

  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    sábado, mayo 13, 2006 11:39:00 p. m.

    Querida Pamela,

    Alessandrooo... Me encanta el nombre de tu barman pues el sonido al pronunciarlo es dulce como la miel.

    Ver seguridad en los movimientos de alguien realmente es sublime, sobretodo cuando se trata de un chico masculino... Supongo que me entiendes, pues al igual que tu, solo pensar en ello, en "él", me ruborizo. Yo, ahora mismo no quiero sentirme artista, ( que en alguna faceta lo seré ), lo que quiero es que alguien me dedique su obra maestra.

    Siempre tuya, y contenta de saber de ti,

    Nenu Mimosa

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    jueves, mayo 18, 2006 11:24:00 a. m.

    Querida Nenu,

    Realmente su nombre sí es dulce como la miel que se desace en leche caliente en una copa de cristal. Mmmm, dulce, dulce con el toque de frescura de las fresas silvestres sumergidas en martini.

    Alessandro... Salado como una brisa de mar. Delicioso como ambrosía. Sedante como el arrullo de los pájaros en la soledad de campos de amapolas.

    Eternamente tuya,
    Pamela

     

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