Cóctel: Daiquirí Floridita

martes, julio 29


El Daiquiri —o Daiquirí, como se llamaba antes de pasar al inglés y perder la tilde— es una bebida cuya base se compone de lima y ron endulzado. La historia más popular cuenta que se inventó en 1896, cuando un ingeniero americano llamado Jennings Cox que trabajaba en una mina cercana a Santiago de Cuba lo mezcló buscando una bebida adecuada a sus propósitos. Fue uno de sus compañeros de trabajo, un ingeniero italiano llamado Giacomo Pagliuchi, quien lo bautizó con el nombre de aquella mina: Daiquirí.

En realidad, según me contó Alessandro, la base de aquella receta ya estaba inventada desde mucho antes, porque había una bebida similar, aunque distinta, que tomaban los marineros británicos en sus barcos llamada Grog, muy común en el Caribe, que consistía en ron mezclado con lima o limón, especias como la canela o el clavo, y agua endulzada. Después, con la llegada del hielo, simplemente se sustituyó el agua.

Aunque comenzara algunos años antes, la verdadera expansión del Daiquiri se produjo a partir de 1914 cuando un español llegó al famoso bar Floridita de La Habana: el cantinero catalán Constantino Ribalaigua, natural de Lloret de Mar. Él, con ayuda de una máquina de moler hielo recién traída de los Estados Unidos, creó el famosísimo Daiquirí Floridita. Su toque especial: una cascada de suave hielo frappé coronada por unas gotas de marrasquino. El cóctel dio la vuelta al mundo de mano de todas las celebridades que, al visitar Cuba, pasaban por el Floridita llevándoselo consigo. Entre dichas personalidades estaba el ilustre Ernest Hemingway, que fue con toda seguridad el mayor de los impulsores del Daiquirí a través de los veinte años que acudió a tomar el cóctel. Una estatua del escritor saluda solemnemente a los visitantes todavía en el Floridita de La Habana, dando fe de que así fue.

Sin embargo, el Floridita ya existía mucho antes de que naciera el Daiquirí. Al principio se llamaba La Piña de Plata, y fue con la llegada del hielo, poco después del 1770, cuando brilló en todo su esplendor y se convirtió en uno de los locales más famosos de todo el Caribe. El ron, eterno licor cubano, esperaba en los barriles para crear un extenso abanico de bebidas exóticas al mezclarse con horchatas, helados y refrescos. Al cumplir cien años, en 1898, el local se puso de celebración coincidiendo con el reconocimiento español a la autonomía cubana, siendo rebautizado con el nombre de La Florida en honor a un territorio español de Norteamérica. No sería hasta años después cuando se convertiría en la catedral del Daiquirí.

En la actualidad, a parte del Clásico y el Floridita, existen Daiquiris de muchos sabores porque se suele mezclar con frutas exóticas como mango, fresa, piña o banana. El que yo os voy a anotar aquí, no obstante, es el Floridita, en honor a tan famoso local de La Habana, en Cuba.

Daiquirí Floridita- 2/3 parte de ron blanco [4.5cl.]
- 1/3 parte de zumo de lima [2cl.]
- Una cucharadita de azúcar
- Hielo
- 5 gotas de marrasquino
- Unas notas de habanera
- Adorno: dos pajitas cortas
- Cristalería: copa de martini
- Tomar: antes de comer

Mezclar los ingredientes, excepto el marrasquino, en una batidora. Batir intensamente durante treinta segundos hasta que el hielo esté a punto de nieve, momento en que se considera frappé. Verter en la copa y manchar la nieve con unas gotas de marrasquino. Acompañar de dos pajitas cortas. Ideal para beberlo con un pirata del Caribe dispuesto a asaltarte el corazón al son de ritmos de La Habana.

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Cóctel: French Connection

martes, mayo 20


Queridos amigos virtuales,

El French Connection –o Conexión Francesa, como se diría en castellano, aunque, desde luego, no suene igual de glamouroso– es un cóctel que se prepara a base de amaretto y coñac.

El amaretto es un licor cuya receta nació el año 1525 en Saronno, Italia, y que se ha mantenido prácticamente inalterada con el paso de los siglos, manteniendo su sabor original. Cuenta la leyenda que Bernardino Luini, un artista italiano del Renacimiento, recibió el encargo de pintar una serie de frescos para el Santuario della Beata Vergine dei Miracoli, en Saronno, y que para pintar algunos de ellos usó como modelo a la bella mesonera del hospicio en el que se alojaba. Dicen que ella, como muestra de agradecimiento, preparó para el artista un regalo sencillo: un licor de color ámbar, fragante y delicado, que había hecho macerando en brandy almendras amargas con azúcar moreno y otras hierbas. Realidad o fantasía, queridos, los frescos pueden contemplarse hoy en día en la iglesia de Saronno. Desde entonces el licor significó afecto y amistad, y se hizo popular rápidamente. Disaronno OriginalePero no se comercializó hasta finales del siglo XVIII, cuando Domenico Reina –un comerciante de Saronno– creó una receta basada en la de la mesonera y la vendió como Amaretto di Saronno, que después acabaría por llamarse Disaronno Originale. La familia Reina ha guardado celosamente esa fórmula secreta durante generaciones, hasta nuestros días, y aún continúa produciendo su Amaretto en el corazón de Saronno bajo la supervisión de Augusto Reina. Actualmente su marca de amaretto es la más popular en todo el mundo.

El coñac es el brandy más conocido del mundo. Originario de la ciudad francesa de Cognac, se elabora a partir de vinos producidos a base de determinadas cepas de uva blanca que se cultivan en esa ciudad, y que deben su especial sabor al suelo, rico en piedra caliza. Para producir cognac es necesario destilar dos veces dicho vino, hasta obtener un espíritu incoloro llamado eau-de-vie –agua de vida– que se deja envejecer como mínimo dos años en barriles de roble. Luis XIII Perla NegraTras ese tiempo, el líquido ya reúne las condiciones necesarias para denominarse cognac, claro que, para ser considerado un prestigioso coñac, debe envejecer durante decenios, queridos. Por ejemplo, a finales del 2007, una botella de coñac Luis XIII Perla Negra, la última de una serie limitada de 786 botellas de la marca Rémy Martin, fue subastada en Praga por el escandaloso precio de 12.857 euros, aunque en Japón llegó incluso a costar 62.000. Este coñac procedía de un barril, de más de 100 años de antigüedad, de la reserva privada de la familia Rémy Martin.

Y os preguntaréis, queridos, por qué os estoy contando todas estas historias sobre estirpes familiares y fórmulas secretas de antiguos licores –a parte de porque resulta increíblemente interesante, claro está–. ¡Ahá! Eso mismo le pregunté yo a Alessandro. Enseguida lo entenderéis, porque todo está relacionado.

La conexión francesa fue el nombre de una de las mayores redes de narcotráfico de la historia, que tuvo su apogeo en los años 60 y 70 y se dedicaba a introducir heroína en Estados Unidos desde Turquía pasando por Europa –principalmente a través de Francia–. La trama estaba dirigida por las mafias, en especial por varios capos de la mafia francesa e italiana. En efecto, queridos, ése es el motivo por el que este cóctel se llama French Connection, porque se hace con un licor italiano y otro francés, al igual que los gángsters que formaban la conexión francesa.

French Connection- 1/2 parte de coñac [3.5cl.]
- 1/2 parte de amaretto [3.5cl.]
- Un rayo de carácter
- Adorno: ninguno
- Cristalería: old fashioned glass
- Tomar: después de comer

Mezclar los ingredientes directamente en un vaso old fashioned con cubitos de hielo y agitar con suavidad. Ideal cuando emerge la investigadora privada que llevas dentro.

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Cóctel: Pisco Sour

domingo, abril 13


Queridos amigos virtuales,

Según me contó Alessandro, el pisco sour es un cóctel cuyo origen ha diluido la niebla de la historia hasta convertirlo en una mezcolanza de datos históricos y leyendas que se entrelazan en un sinuoso tapiz. Unos creen que fue creado en el Chile del siglo XIX, otros, en cambio, que fue en el Perú del siglo XX. Por ende, existen dos recetas del cóctel, la chilena y la peruana, y aunque su preparación es diferente, en ambos casos se usa como base una mezcla de pisco, zumo de cítricos y clara de huevo.

El pisco, licor que se usa como base del pisco sour, es un aguardiente de uva perteneciente a la familia de los brandy. Nació en el siglo XVI, cuando los españoles llevaron la uva a Perú y los campesinos aprendieron a destilar su zumo con técnicas inspiradas en las técnicas españolas para producir brandy. Al principio sólo se consideró un mero aguardiente, pero con el paso de las décadas la bebida adquirió nombre propio cuando los marineros empezaron a llamarla de la misma forma que el puerto peruano donde la compraban, cuyo nombre era Pisco. Es por este motivo que Perú defiende que pisco es una denominación de origen exclusiva de esa zona de su país, mientras que Chile arguye que sólo es un término genérico, como pueda ser brandy o vino. El pisco de los dos países es diferente, tanto por la uva de la que se destila como por las técnicas de destilación, una razón más por la que el pisco sour de ambos también lo es.

El pisco sour de Perú se originó, según la versión más extendida, alrededor del 1920 en un bar de Lima llamado Bar Morris. Se desconoce si a manos de su dueño californiano o de los bármanes que trabajaban en su local, pero a raíz de su creación no tardó muchos años en extenderse por los hoteles más elegantes de la ciudad hasta hacerse tan famoso que incluso goza en la actualidad de un día a nivel nacional, denominado el día del pisco sour, y que se celebra el primer sábado de cada mes de febrero. Queridos, esta idea me pareció tan sublime que desde entonces sueño con el glorioso momento en que el gobierno decrete un día de los martinis en España.

El origen del pisco sour de Chile es un poco más confuso, ya que no existen datos concluyentes. Según narra la leyenda, un mayordomo inglés del velero Sunshine, llamado Elliot Stubb, abrió un bar al llegar a la ciudad de Iquique en 1872, ciudad que pertenecía a Perú en aquellos días. En sus experimentos por crear nuevas bebidas para aperitivo, creó uno que se transformó en una especialidad del local, un cóctel que acabaría por denominarse pisco sour, por el toque ácido que le otorgaba el limón. En los años venideros la bebida se extendería por la ciudad de Iquique y las tierras mineras del norte del país, hasta ser conocida en todo Chile.

Sea cual sea la verdadera historia del origen del pisco sour, queridos, lo cierto es que desembocó en dos recetas que, aunque similares, dan lugar a cócteles sensiblemente diferentes para el paladar experto. Los peruanos usan zumo de lima, mucho más ácido, en lugar del zumo de limón que utilizan los chilenos. Por eso en Chile no se añade almíbar para equilibrar la mezcla, ni tampoco amargo de angostura. Los peruanos, además, enfrían la mezcla agitándola en la coctelera, cosa que da como resultado un cóctel espumoso a causa de la clara de huevo, en lugar de servirlo con cubitos de hielo como se hace en Chile.

Finalmente me decanté por el pisco sour peruano. Alessandro me comentó que este cóctel se puede mezclar en una licuadora, en cuyo caso se debe dejar para el último momento la clara de huevo, pero personalmente prefiero la coctelera. También se debe tener en cuenta que su sabor variará en función del tipo de pisco, o de la combinación de piscos que se utilice, ya que existe una gran gama de piscos aromáticos.

Pisco Sour- 3/5 partes de pisco [9cl.]
- 1/5 parte de zumo de lima [3cl.]
- 1/5 parte de almíbar [3cl.]
- Una clara de huevo
- Una caricia espumosa
- Adorno: 2 gotas de Angostura Bitters
- Cristalería: vaso on the rocks
- Tomar: como aperitivo antes de las comidas

Introducir los ingredientes en la coctelera con abundante hielo y agitar hasta que la mezcla esté bien fría. Colar sobre un vaso on the rocks y decorar dejando caer sobre la espuma un par de gotas de Angostura Bitters. Ideal para sobrevivir a los agridulces de la vida.

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Cóctel: Martini de Cereza

jueves, febrero 7


Multitud de cócteles aparecieron a partir de la década de los 80, cócteles que gustaban a un gran público por su sabor dulce y afrutado, con nombres llamativos, pero muy criticados por los expertos debido a que no buscan la armonía refinada de los sabores ni un aroma determinado.

Las recetas de estos cócteles tienen multitud de variantes, lo que hace imposible discernir la original. El sabor que impacta en el paladar cuando se saborea una de estas bebidas no resulta un ingenio que mejore los sabores de sus ingredientes, ni potencian algo en particular, simplemente tienen un gusto agradable sin pretender nada más.

Según Alessandro, la receta de estos cócteles es fácil y sencilla, pues sigue un patrón que gira en torno a un aguardiente de un 40% de volumen en alcohol —vodka, ron, ginebra, etc.— un licor de un 20% de alcohol —principalmente licores de frutas— y zumo. Se mezcla todo en una coctelera, se decora con algunos detalles y tendremos un gran repertorio de cócteles donde elegir.

El martini de cereza —o cherry martini— sería uno de estos cócteles, y aunque para los expertos no sea uno de los elegidos para deleitar el paladar, no por ello dejo de pedirlo cuando me apetece sentir el sabor suave y primaveral de las cerezas flotando en una nube de frescor helado.

Martini de Cereza- 1/2 parte de vodka -de cerezas [3cl.]
- 1/2 parte de licor de cerezas -Kirsch [3cl.]
- 1 chorrito de soda -Sprite o 7up
- 3 gotas de Angostura Bitters
- Un susurro de primavera
- Adorno: cereza en cubito de hielo
- Cristalería: copa de martini

Mezclar todos los ingredientes en una coctelera con mucho hielo, agitando durante treinta segundos, y verter en una copa de martini. Adornar con una cereza congelada en el interior de un cubito de hielo. Ideal para soñar bajo cerezos en flor.

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Cóctel: Martini de Chocolate

lunes, enero 7


Un nuevo intento, un nuevo fracaso. Me presenté ante Alessandro con la intención de entablar la conversación personal que en mi opinión teníamos pendiente, pero sólo conseguí la receta de otro de sus sofisticados cócteles.

El martini de chocolate —o chocotini como lo llaman algunos— es uno de los cócteles que se han inventado en los últimos años para delicia del paladar. Hay muchas recetas diferentes, unas con crema de cacao, otras con licor de chocolate, unas con cacao en polvo, otras con sirope de chocolate, pero la que Alessandro decidió enseñarme se hacía con licor de chocolate Godiva.

La Godiva Chocolatier fue fundada hace ochenta años en Bruselas por el maestro chocolatero Joseph Draps. Al principio era un comercio local, pero en los años veinte abrió sus puertas a toda Bélgica. Su éxito hizo que Joseph decidiera expandir la compañía a nivel internacional, así que con el tiempo abrió boutiques en Francia, Inglaterra, Alemania e Italia, entre otros países. Cuarenta años después debutó en Norteamérica en uno de los sectores comerciales más elegantes del país, el Wanamaker de Filadelfia, y tras pocos años abrió su primer establecimiento en la maravillosa quinta avenida de Nueva York. Actualmente el chocolate belga Godiva puede degustarse en ochenta países del mundo, desde Nueva York hasta Tokio, en más de cuatrocientas cincuenta boutiques.

Joseph Draps eligió ese nombre para su compañía en honor a la leyenda de Lady Godiva, una dama sajona conocida a principios del siglo XI por su hermosura y generosidad. Cuenta la historia que su marido Lord Leofric —conde de Chester y de Mercia y señor de Coventry— arruinaba con tributos abusivos a sus vasallos, haciéndolos pasar por indecibles sufrimientos. Ella, solidarizada con el pueblo, le imploró que rebajara los impuestos y él accedió con una condición: que recorriese Coventry a caballo sin más vestido que su inmaculada piel. La mujer acordó con los aldeanos que se encerrarían en sus casas para no turbarla, y el día señalado Lady Godiva paseó por las fantasmales calles de Coventry sin más compañía que su caballo, entre casas con puertas y ventanas cerradas a cal y canto. Así que finalmente Lord Leofric, empujado por el sublime y valeroso gesto de su esposa, cumplió su promesa.

El martini de chocolate encierra en su seno la sensualidad lujuriosa del placer en estado puro.

Martini de Chocolate- 2/4 partes de vodka -Absolut Vanilla [6cl.]
- 1/4 parte de licor de chocolate -Godiva [3cl.]
- 1/4 parte de crema de cacao [3cl.]
- Un impulso de pasión
- Adorno: virutas y sirope de chocolate
- Cristalería: copa de martini
- Tomar: en la sobremesa o por la tarde

Es necesario tener la copa helada y todos los ingredientes en frío antes de empezar a preparar el cóctel. Sobre la copa, verter un chorrito de sirope de chocolate dibujando una sugerente espiral. Introducir el vodka, el licor de chocolate y la crema de cacao en una coctelera con hielo, mezclar y filtrar sobre la copa de martini. Espolvorear con unas virutas de chocolate y degustar lenta e intensamente. Ideal para disfrutar del placer sensual del chocolate.

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Cóctel: Bloody Mary

jueves, enero 3


Queridos amigos virtuales,

Una noche como otra cualquiera me dirigí a la sala de fiestas de mi hotel para charlar con mi querido barman, Alessandro, con el que no había tenido oportunidad de intercambiar impresiones desde mi llegada, pero para desgracia de mi frágil ilusión seguía tan ocupado con su trabajo como de costumbre últimamente.

Cuando conseguí charlar con él sentí que las cosas habían cambiado. Quizá eran imaginaciones mías, pero nada personal salió de nuestras bocas a pesar de hacer meses que no nos veíamos. El aire tan sólo dibujó la historia de otro de sus cócteles. Como en tantos otros casos, las leyendas se arremolinaban en torno al bloody mary en una vorágine de rojos misterios.

Harry MacElhone, Fernand Petiot, George Jessel... las vidas de muchas personas se entrelazan en la historia de este cóctel, pero lo primero que Alessandro me contó, para empezar su relato, es que hubo un barman escocés, famoso en su época, que viajó sirviendo tras numerosas barras del mundo. Su nombre era Harry MacElhone. Durante su estancia en Londres, en el año 1921, publicó su primer libro de cócteles. Muchos más vinieron después de este, de hecho publicó libros de recetas durante toda su vida, pero la primera referencia que encontramos al bloody mary es en la edición de 1941 de su "ABC of Mixing Cocktails", con una receta de vodka y zumo de tomate llamada red mary.

Alessandro continuó relatándome la historia más conocida de todas las que giran en torno al cóctel, la del francés Fernand "Pete" Petiot, que sirvió en el Harry’s New York Bar, en el París de los años 20, y que inventó la receta del bloody mary bautizándola con ese nombre en honor a la reina Mary Tudor. Allí, John Jacob Astor se enamoró del cóctel, y en 1933, cuando terminó la prohibición sobre las bebidas alcohólicas en Estados Unidos, se llevó a Pete y su bebida al hotel St. Regis de Nueva York —propiedad de la familia Astor—. Los presentó en el conocido salón del hotel —el King Cole Bar— y la fama del cóctel se propagó rápidamente, primero como excelente remedio para la resaca y después como una de las bebidas predilectas para abrir el apetito antes de la comida.

Bien, se cree que Fernand inventó esta receta en 1921 en el Harry’s New York Bar de París, local que no se hizo famoso hasta 1923 y que era propiedad de Harry MacElhone, quién no incluyó la bebida en sus libros hasta 1941. Sí, queridos, Fernard fue empleado de Harry, y llama la atención que éste no la publicara antes habiéndola servido en su bar de manos de Fernard.

Después, en el año 1955, un famoso actor cómico de origen americano, llamado George Jessel, se adjudicó la creación del cóctel en el San Mateo Times, señalando que lo había inventado alrededor del 1939. En una campaña publicitaria del Vodka Smirnoff que se produjo en 1955, se citó repetidamente en varias publicaciones que Jessel era el inventor de la bebida, y no era otro que el importante Lucius Beebe —autor del libro Stork Club Bar y contribuyente habitual del New York Herald Tribune en temas de bebidas alcohólicas— quién lo afirmaba.

Más tarde, en julio de 1964, Fernard Petiot fue entrevistado en la New Yorker Magazine. El tema de la entrevista era la invención del bloody mary, y en ella dijo que George Jessel afirmaba ser el inventor de la bebida, pero que no era más que vodka con zumo de tomate cuando él la había cogido, sugiriendo que no era suya la fórmula base original, pero sí la receta que ha perdurado hasta nuestros días.

Sea cual sea la verdad, lo cierto es que de nuevo una mujer es la inspiración para este cóctel, aunque no se trataba de una dama conocida por sus virtudes o su belleza. La reina Mary Tudor de Inglaterra fue apodada María la Sanguinaria —bloody mary, en inglés— porque durante sus cinco años de reinado llevó a la hoguera a más de trescientos protestantes con la intención de restaurar el catolicismo. Y el cóctel fue llamado así por su color rojo, en referencia a la sangre de los protestantes vertida en aquella época. Un horror, queridos.

Bloody Mary- 3/10 partes de vodka [4’5cl.]
- 6/10 partes de zumo de tomate [9cl.]
- 1/10 parte de zumo de limón [1'5cl.]
- Dos cucharaditas de salsa Worchestershire
- Unas gotas de tabasco
- Una pizca de pimienta negra
- Una pizca de sal
- Un destello de carácter
- Adorno: rama de apio, rodaja de limón y aceituna
- Cristalería: vaso highball
- Tomar: antes de la hora de comer

Echar en un vaso highball el vodka, el zumo de limón, dos cucharaditas de salsa Worchestershire, unas gotas de tabasco, aderezar con una pizca de sal y otra de pimienta negra recién molida, al gusto. Añadir al vaso varios cubitos de hielo, aproximadamente hasta que el líquido alcance la mitad del recipiente, y después completar el resto con el zumo de tomate. Remover suavemente, por ejemplo pasando el cóctel del vaso a otro recipiente un par de veces. Finalizar adornando con la rama de apio, la rodaja de limón y la aceituna, y disfrutar a ritmo de una suave música sintiendo la caricia de la brisa de la mañana. Exquisito. Ideal para los días de resaca.

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Cóctel: Martini de Fresa

jueves, marzo 1


Queridos amigos virtuales,

Como de costumbre, bajé a la sala de fiestas de mi hotel para meditar sobre todo lo que me había ocurrido últimamente y comentarlo con Alessandro, pues no sé cómo, pero de una u otra forma siempre consigue aclarar mis dudas con sus acertadas preguntas.

Por un lado pienso en la cuestión de mi alcurnia, un tema que no he conseguido esclarecer ni una pizca acudiendo a Ambrosio, y que late en el fondo de mis pensamientos burbujeando como una bebida gaseosa. Sé cuál es el próximo paso que debo dar con mi cola de sirena a través de este sendero turbulento, pero queridos, temo tanto darlo, pues deberé enfrentarme al pasado y a antiguos demonios harto olvidados, como Ulises en su odisea. Linus no deja de llamarme para preguntarme al respecto e intentar que tengamos una cita, pues teme que no sepa afrontar este tema y caiga en depresión como este verano. Se pone tan pesado cuando quiere, queridos, pero se lo permito porque se preocupa por mí, y que un hombre apuesto como él se preocupe por una dama como yo es algo nunca despreciable, desde luego.

Por otro lado pienso en mi querido admirador secreto. Dos misivas anónimas ha conseguido ya introducir en mi bolso sin que me dé cuenta —lo cual admiro profundamente porque tiene la habilidad de un ladrón de guante blanco, y me hace preguntarme si será él quién conseguirá robar el diamante de mi corazón— pero eso quiere decir que, a la fuerza, tiene que pertenecer a mi entorno más cercano... pero, ¿quién puede ser?, ¿quién?, ¿Christopher?, ¿Michael? Aún no he lucido el anillo porque esperaba a que se me ocurriera algo, pero creo que ha llegado la hora de cegar a mis queridos sospechosos con su brillo adiamantado.

Tras meditar lo que tuvo que ser meditado, Alessandro se dispuso a deleitar a mi paladar con algo dulce. Con presteza digna de la más aguerrida de las amazonas, empuñé mi estilográfica y garabateé en el papel, atenta a cualquier movimiento. El cóctel que iba a preparar no tenía historia esta vez, aunque no por ello era menos especial.

El martini de fresa —o strawberry martini, como lo llaman en los locales exclusivos— se solicita en numerosas barras de todos los bares y coctelerías del mundo, sobretodo damiselas cuyo delicado paladar no agradece los combinados fuertes. Su combinación dulce y afrutada acariciada por un toque de acidez da un sabor único al líquido rojo glamouroso que viste la copa de martini.

Martini de Fresa- 2/3 partes de ginebra
- 1/3 parte de licor de fresas
- Una cucharada de vermut seco
- Un chorro de zumo de lima
- Azúcar
- Una fresa
- Una chispa de ternura
- Adorno: fresa
- Cristalería: copa de martini

Para escarchar la copa se debe pasar un trozo de fresa por el borde de la misma e inmediatamente después pasarla por un platito con azúcar, de forma que éste se quede adherido. Mezclar la ginebra, el licor de fresa, el vermut seco y el zumo de lima en una coctelera con hielo y agitar durante un eterno minuto para después dejar reposar la mezcla medio minuto más. Verter el contenido en la copa y colocar una fresa recién cogida en el borde haciéndole un pequeño corte. Ideal para saborear la dulzura de la vida...

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Cóctel: Margarita

lunes, enero 29


Queridos amigos virtuales,

Con la cabeza llena de ideas que me daban vueltas en la cabeza como licores mezclándose en una batidora americana, bajé a ver a Alessandro y le abrí de nuevo mi delicado corazón, dejando todos mis pensamientos sobre la barra del bar. Él como siempre me escuchó con atención, demostrándome de nuevo su maravilloso don para ayudarme con sus preguntas a encontrar la luz que necesitaba para alumbrar el camino que me podría llevar a descubrir la verdadera historia sobre mis progenitores, que la sesión de hipnosis con Linus había puesto en tela de juicio.

Después, como siempre, saqué la glamourosa agenda y la estilográfica de mi precioso bolso de diseño y me dispuse a apuntar todo lo que me iba a contar sobre otro de sus cócteles. Me habló sobre el margarita, un maravillo cóctel mundialmente conocido que nació en México y se extendió gracias a su versatilidad y su acidez perfecta combinada con el tequila. De hecho, fue este cóctel el que ayudó a introducir este aguardiente en el mercado de los Estados Unidos y más concretamente en zonas exclusivas como Beverly Hills.

La verdadera historia del nacimiento de esta bebida es un misterio envuelto de leyendas que la niebla del tiempo se ha encargado de empañar, en las que lo único que parecer ser cierto es que fue dedicado o creado para una mujer —y esto sin duda me congratula, queridos, y sé que algún día un cóctel nacerá por y para mi persona, lo sé—. Estas son algunas de las historias más verosímiles que Alessandro me contó:

— Rosarito, México, año 1938:
Dice Alessandro que esta es la historia más creíble y la que más adeptos parece tener, y debo añadir que a mí me resulta, desde luego, la más seductora. Marjorie King, una actriz y corista norteamericana que había sido acariciada por la gracia del glamour y cuyo delicado cuerpo era alérgico a todos los licores excepto al tequila —que horrorosa maldición, sólo de pensarlo se me ponen los escasos vellos del cuerpo de punta—, pidió al barman del Rancho La Gloria, Carlos “Danny” Herrera, que creara un combinado para ella porque no le gustaba su sabor como para beberlo solo. Herrera creó una bebida que combinaba los elementos usuales para tomar un chupito de tequila y le añadió, además, licor de naranjas. Y os preguntaréis, queridos, que tiene que ver eso con el nombre del cóctel, ¿verdad? Pues resulta que Marjorie en español significa margarita.

— Ciudad Juárez, México, año 1942:
Esta historia dice que el margarita nació durante la celebración del cuatro de julio cuando una clienta pidió a Pancho Morales —cantinero de Tommy’s Place— que le preparara una bebida llamada magnolia. Ya sea por equivocación o por innovación, Morales añadió su tequila favorito a la bebida y la bautizó con el nombre de otra flor: margarita.

— Acapulco, México, año 1948:
Margarita Sames celebraba una maravillosa fiesta en su lujosa hacienda y pretendía sorprender a su elenco de famosísimos invitados —entre los que figuraba Nicky Hilton, heredero de los Hoteles Hilton, y que poco sospechaba que su fortuna acabaría en manos de la insoportablemente frívola Paris Hilton— ofreciéndoles un tequila suavizado y con un toque ácido. Alessandro dice que esta leyenda fue posiblemente un ardid publicitario de Cointreau, pues en la receta original se incluía esta marca como licor de naranja triple sec y en 1991 se publicó la historia en una revista cuya agencia publicitaria era la que trabajaba a su vez para Cointreau.

Margarita- 3/5 partes de tequila
- 1/5 parte de triple sec -Cointreau
- 1/5 parte de zumo de lima o limón
- Sal fina
- Un soplo de encanto
- Adorno: rodaja de lima o limón
- Cristalería: copa margarita

Para escarchar la copa margarita se debe pasar un trozo de lima o limón por el borde de la misma e inmediatamente después pasarla por un platito con sal fina, de manera que ésta se quede adherida. Mezclar el zumo, el triple sec y el tequila en una coctelera y verter la mezcla en la copa. Ideal para deshojar la margarita que te ha robado el corazón...

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Cóctel: Dry Martini

martes, noviembre 28


Queridos amigos virtuales,

La curiosidad me recorre y me tortura como sé que os debe estar recorriendo y torturando a vosotros, queridos, y lo siento, pero no he podido encontrarme con Linus todavía para que me cuente qué es lo que había dentro de mi particular caja de Pandora. Dice que le han surgido unos imprevistos y que nos veremos dentro de unos días.

El jueves os dejé cuando fui a visitar a Alessandro al bar de mi hotel. Allí me deleitó con uno de mis cócteles preferidos, el Dry Martini, en honor a mi regreso a la vida y la alegría. Me comentó Alessandro que, según cuenta la leyenda, este glamouroso cóctel surgió por el año 1910 cuando a un barman del hotel neoyorquino Knickerbrocker apellidado Martini se le ocurrió aromatizar ginebra seca con un vermut seco para ofrecerlo como aperitivo a sus clientes. Hay otras versiones que ubican el origen del cóctel en San Francisco o en Venecia, pero al parecer la de Nueva York es la que tiene más partidarios.

Este cóctel empezó a ganar popularidad porque era el favorito de John D. Rockefeller ―el que fuera el hombre más rico del mundo―, ya que era el único que aceptaba como aperitivo. Hemingway, escritor y premio Nóbel, ayudó a extender la receta insistiendo en su origen veneciano en “Al otro lado del río y entre los árboles”, donde su protagonista tomaba el cóctel al “estilo Monty” en un bar de Venecia. Winston Churchill tenía un método propio que consistía en dejar pasar la luz del sol a través de una botella de vermut muy seco antes de que llegase al vaso mezclador en el que estaban el hielo y la ginebra. Finalmente, el cine ayudó a popularizar esta bebida hasta límites inimaginables, primero cuando lo tomaba Humphrey Bogart y más adelante cuando James Bond lo pedía “Shaken. Not stirred” ―agitado, no mezclado―, algo que ha sido muy criticado porque al agitarlo se enturbia y agua la bebida, y más cuando al parecer lo tomaba con vodka en lugar de ginebra.

El Dry Martini original se elaboró con un vermut marsellés muy seco llamado “Noilly Prat” ―que según Alessandro es el más indicado para este cóctel― y no con el vermut de Turín, como cualquiera se podría imaginar. Alessandro no está de acuerdo pero, en mi opinión, queridos, esto es un completo error, aunque debo reconocer que el Dry Martini de Alessandro es de lo más delicioso. La ginebra debe ser inglesa y muy seca, una Tanqueray o una Gordon’s son las más populares hoy en día, pero Alessandro dice que la Plymouth es ideal.

Desde entonces al rey de los cócteles le han surgido innumerables derivados, como el Sweet Martini ―que se prepara con vermut dulce en lugar de seco―, el Medium Martini ―que combina el vermut rojo y el seco― o el llamado Vodkatini ―con vodka en lugar de ginebra.

Dry Martini- Unas gotas de vermut seco -Noilly Prat
- Ginebra -Plymouth
- Una aceituna con hueso
- Un trozo de piel de limón
- Un suspiro de placer
- Cristalería: copa de martini

En un vaso mezclador ―si se ha enfriado previamente mejor― con abundante hielo añadir unas gotas de vermut seco que aromatizarán el cóctel, agregar la ginebra que llenará la copa y remover, no batir. Es importante evitar al máximo que el hielo se licue, porque se aguaría el cóctel. Verter sobre la copa y retorcer sobre ella un trozo de piel de limón en forma de media luna, dejándola colgada sobre el borde para que decore. Añadir una aceituna pinchada en un palillo, la reina de las aceitunas, y servir. Ideal para tomar en una apuesta y elegante compañía.

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Cóctel: Martini Llama del Amor

martes, julio 11


Queridos amigos virtuales,

No he tenido tiempo de escribir en mi diario íntimo y personal a causa de las múltiples ocupaciones que me han entretenido últimamente. Pero ya estoy aquí, y he decidido deleitaros con el cóctel que me preparó Alessandro el día de la verbena. Ese fue su particular regalo de cumpleaños para mí y, aunque parezca increíble y desafíe completamente la lógica, era la primera vez que lo probaba. Su sabor no sólo era delicioso sino que se vio ensalzado por el placer de beberlo mirando a los ojos del chico martini con mi brazo entrelazado al suyo.

Alessandro me contó que la receta surgió en el Chasen's de Beverly Hills, un exclusivo punto de encuentro para las estrellas de cine, políticos y otras influyentes personalidades en el que se toman los más exquisitos cócteles de mano de su fantástico barman, el mítico Pepe Ruiz. Resulta que un día el actor Dean Martin le pidió a Pepe, en confianza, que creara un cóctel inspirándose en él, y el barman cogió una naranja y puso sus manos a crear magia. He decidido que yo también le pediré a Pepe que cree un cóctel inspirándose en mí la próxima vez que vaya a Beverly Hills, pues me encanta lo glamouroso de la idea, queridos. Cuando Frank Sinatra probó la bebida le gustó tanto que dijo: "Pepe, invita a todo el bar a ese cóctel". De repente el Chasen's se convirtió en una improvisada fiesta con un insólito encargo para el barman: nada menos que doscientos Flame of Love Martinis, uno para cada una de las doscientas personalidades que estaban en ese momento en allí. ¿No os parece una historia sencillamente genial?

Martini Llama del Amor- 15 ml. de jerez fino
- 74 ml. de vodka
- Una o dos naranjas
- Una gota de exclusividad
- Adorno: peladura flameada de naranja
- Cristalería: copa de martini

Lavar las naranjas con agua abundante y secarlas bien. Poner un poco de jerez fino en una copa de martini fría y hacerlo girar hasta bañar todo el interior, después vaciar la copa del jerez sobrante. Cortar la piel de las naranjas en tiras y después exprimirlas. Calentar el aceite obtenido en la llama de una cerilla para caramelizarlo y bañar el interior de la copa con él. De la misma manera se flamea la piel de naranja. A continuación, se agita una parte de vodka en una coctelera y se filtra sobre la copa de martini. Poner de adorno la piel de naranja y sentir en el corazón el fuego de la llama del amor. Ideal para un encuentro amoroso.

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Cóctel: Caipirinha

jueves, junio 1


Queridos amigos virtuales,

Entre apagada y aburrida, me dejé caer unos minutos por la sala de fiestas de mi hotel. Estaba un poco baja de moral por culpa de lo sucedido en el club social, y sólo el martini que reposaba sobre mi mano cual animal de compañía me animaba un poco. En honor a la invitación de Marco que rechacé, que salió a uno de los locales de salsa que tanto le gustan, le pregunté a Alessandro sobre ese cóctel tan popular en Brasil: la caipirinha. Sus labios empezaron a expulsar sabias palabras que me apresuré a anotar debidamente en mi glamourosa agenda.

Al parecer, el ingrediente clave en la elaboración de una buena caipirinha es la cachaça, un aguardiente que se obtiene de la caña de azúcar y que, poco a poco, se ha ido convirtiendo en el espíritu nacional de Brasil, en un símbolo de identidad del país y de sus gentes. La historia de la cachaça se remonta 400 años atrás, cuando los dueños de las plantaciones comenzaron a servirla a sus esclavos porque incrementaba su vigor corporal. En el transcurso de los años se fue depurando su destilación y empezó a beberse en las mesas del Brasil colonial.

Este cóctel fresco y exótico está triunfando internacionalmente tanto como lo ha hecho en Copacabana Beach. El caipirinha tradicional está hecho con cachaça, azúcar y limas machacadas, pero a veces se sustituye la cachaça por vodka, tomando entonces el nombre de caipiroshka, o por el ron, en cuyo caso se le conoce como caipirissima.

Caipirinha- Una lima cortada en 8 partes
- Dos cucharadas de azúcar blanco
- Medio vaso de cachaça
- Medio vaso de hielo picado
- Un chorrito de frescura personal
- Adorno: pajita y rodaja de lima
- Cristalería: vaso on the rocks

Lavar la lima con agua abundante y secarla bien. Cortarla en ocho partes y ponerla en un vaso de cristal resistente junto con el azúcar. Machacarlo con ayuda de un mortero de madera, con cuidado para extraer el jugo y la pulpa de la fruta sin que se desprendan demasiado los aceites de su piel, ya que amargarían el cóctel. Añadir el hielo picado y la cachaça, y ¡shake, shake, shake! Agitar, quiero decir. Hacer dos e ir rápidamente a la playa más próxima a buscar a alguien especial a quien ofrecerle tan deliciosa bebida. Ideal para tomarlo en una veraniega playa de ensueño rodeada de palmeras.

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Cóctel: Cosmopolitan Martini

lunes, mayo 22


Queridos amigos virtuales,

Ayer por la noche estuve en la sala de fiestas de mi hotel pasando un rato exquisito en compañía de mi querido barman. De nuevo me propuso la receta de un cóctel. Así que, sin dudar, saqué con premura mi glamourosa agenda y la estilográfica de mi bolso para tomar nota de sus sabias palabras.

Dice Alessandro que el Cosmopolitan nació en los bares de South Beach, en el estado de Florida, por el año 1992, y que poco a poco se fue convirtiendo en la bebida preferida de muchas de las mujeres jóvenes, de entre 20 y 35 años, que vivían en las ciudades más fashion del norte. Pero no se hizo famoso hasta que Madonna, la reina del pop, lo tomaba en sus películas dándole popularidad hasta el punto de que se cree que es su bebida favorita. Más tarde, Carrie de la conocida serie de televisión "Sex & The City" o "Sexo en Nueva York", lo convirtió en su bebida favorita cuando iba con sus tres amigas a un bar de New York.

La chispeante mezcla del Cosmopolitan ha seducido a populares actrices, cantantes y famosas de todo el mundo. Sin embargo, se adapta y modifica cual camaleón para convertirse en un ciudadano del mundo, haciendo honor a su nombre cosmopolita. Dice Alessandro que su sabor encierra todos los secretos de la mujer moderna y que quizá por eso ha seducido principalmente a las féminas del planeta.

Cosmopolitan Martini- 1/2 parte de vodka
- 1/2 parte de zumo de arándanos
- Un chorro de triple sec
- Una cucharada de lima fresca
- Una cucharada de jarabe de azúcar
- Unas gotitas de glamour
- Adorno: pinchito de arándanos
- Cristalería: copa de martini

Mezclar agitando bien todos los ingredientes en una coctelera con hielo, colar y verter en una copa de martini. Este es uno de mis cócteles preferidos, queridos. Ideal para tomar en cualquier bar exclusivo.

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Cóctel: Martini de Manzana Verde

lunes, mayo 8


Queridos amigos virtuales,

Aquí tenéis la primera receta de Alessandro: el martini de manzana verde o apple martini.

Martini de manzana verde- 2/3 partes de vodka
- 1/3 parte de aguardiente de manzana
- Un chorro de licor japonés Midori
- Un chorro de zumo de lima
- Un toque de estilo
- Adorno: tajada de manzana verde
- Cristalería: copa de martini

Mezclar a ritmo de samba todos los ingredientes en una coctelera con hielo y verter en una copa de martini. Mmmm... ¡delicioso, queridos! Ideal para tomar a la sombra de los árboles en un picnic campestre.

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