San Valentín en la Toscana

miércoles, febrero 14


Queridos amigos virtuales,

San Valentín... una y mil veces maldigo al ente que año tras año se niega a encontrarme para hacerme sentir las maravillas que desde siempre he oído decir acerca del amor, esa emoción sublime y delicada, volátil y etérea. A veces incluso he pensado que mi corazón está tan seco como la copa de martini que tengo a mi lado. Quizá cuando hace tanto tiempo que una semilla no se riega se muera para siempre, yo no lo sé. Otras veces he pensado que puede que la escarcha cubra mi alma como una fina coraza irrompible impidiendo que nada llegue hasta su centro para calentarla y fundirme en un torrente de pasiones secretas y olvidadas. Una mujer de hielo. Quizá la puerta esté cerrada porque esta sociedad en la que me ha tocado vivir haya cubierto de óxido poco a poco cada uno de sus goznes haciendo que la llave para una cerradura que no existe se pierda en el mar de la desesperanza irremediablemente, y yo no haya sabido reaccionar con la presteza y la destreza que se necesitaban para impedirlo.

Llena de estos pensamientos que me atormentaban sin piedad, le pedí a Christopher que cogiera para mí lo que necesitaba de las habitaciones de mi mansión, lugar que me veo incapaz de siquiera rozar con los tacones de aguja de mis zapatos Gucci desde que Alfred me sorprendiera en ella aquella fatídica noche. Hice mis maletas sin ningún miramiento, casi podía notar cómo el espíritu de la ira intentaba meterse dentro de mí, y cuando estuvieron llenas las cerré a cal y canto de malas formas como si fuera a encarcelar en ellas, junto a mis prendas de alta costura, todos los males del mundo, y en particular los que me rodeaban a mí. No me importaba nada en absoluto que mis preciosos vestidos se arrugaran, tal era mi desconsuelo, y de todas formas me iba a poner mi gabardina y mi pamela gris, así que poco importaba. Christopher me miraba con una mezcla de tristeza y asombro en la mirada, aunque no se atrevió a preguntarme el motivo de mi comportamiento, o tal vez ya lo conocía.

Me llevó al aeropuerto, y mientras volaba en mi jet privado de camino a un destino de sobras conocido, deseé que los demonios que me perseguían se quedaran atrás, incapaces de ir a la velocidad a la que la tecnología nos permite cambiar de escenario en lo que se tarda que te hagan la manicura. Por las ventanillas del avión veía las nubes de algodón sobre las que esta misma noche se acurrucarán los amantes entrelazando sus cuerpos desnudos, susurrándose al oído una música celestial que nadie más que ellos tiene el privilegio de escuchar.

Cupido es caprichoso, dicen, pero yo todavía no me he cruzado en el camino de una de sus mágicas flechas. Ignoro los planes que el destino tiene para mí, si es que el destino existe, pero empiezo a sentirme ya cansada, y hasta me parece sentir que la alegría se me escapa entre los dedos como la fina arena de las playas de Bali, sin que yo pueda hacer nada para evitarlo. Me gustaría echarme a llorar, quizá eso me haría comprender que aún hay algo vivo dentro de mí, pero tengo los ojos tan secos como el corazón. Tan sólo estoy aquí, huyendo de la compañía de otros que querrían estar conmigo para consolarme como buenos amigos, rodeada de lujos y glamour, pero sin nadie con quién compartirlos.

Lo sé, queridos, no hay que ponerse tan dramáticos, ni hacer una montaña de una aceituna. Y eso mismo es lo que pensé yo justo cuando el avión atravesó las nubes y me alcanzaron los rayos de un sol radiante. No hay por qué preocuparse, porque cuando una luz se apaga, otra se enciende. Siempre. Una absoluta certeza nació en mis adentros en ese momento y se materializó en mi mente en forma de conceptos que se transformaron en palabras, no sé de donde salieron, pero allí estaban, y las dejé salir de mi boca con tanta naturalidad como si siempre me hubieran pertenecido: la felicidad no es una consecuencia, es una decisión. Me puse de pie, abrí una de mis maletas y cambié mi gris atuendo por un delicioso Armani color rosa mayo.

Bajé del avión constatando que el cielo era igual de azul y que el aire tenía el particular aroma de siempre en la Toscana, aroma de uva y vino, aroma de vida. Cogimos mis maletas y Christopher puso rumbo a Lucca con la limusina. En un par de horas ya habíamos llegado a Villa Lucchesia, una espléndida Villa del siglo XVII situada en un irrepetible entorno natural que hacía las delicias de los que estaban hospedados allí. Un fuerte vínculo me unía desde hacía muchos años a este lugar, puesto que aquí estaba una de las personas más importantes de mi vida y más queridas para mí. No me había dado cuenta hasta ese momento, pero en realidad iba a tener el San Valentín que merecía en su compañía. Me ruboricé de puro placer ante esa conclusión.

Cuando esperábamos a que nos abrieran las grandes puertas metálicas que daban acceso a los jardines italianos de la Villa, pensé en lo que me había traído hasta aquí justamente este día. Qué inesperados son los acontecimientos que nos mueven por el mundo y qué curioso sentido parecen tener las cosas misteriosamente. Yo, que había venido a hacer averiguaciones sobre mis progenitores movida por las dudas que burbujean bajo mis párpados, finalmente iba a pasar el San Valentín junto a una de las personas que más quiero. De hecho, ahora mismo estoy junto a él delante de la chimenea escribiendo esto en mi portátil Toshiba último modelo, queridos, y nada podría hacerme más feliz.

Pero en ese momento, en el coche frente a la verja, antes de poner el pie en el suelo, lo que me pregunté era si habría algo de cierto en los descubrimientos de la sesión de hipnosis de Linus, si podía ser posible que Kellen no fuera mi padre porque, si no lo era, ¿quién era mi verdadero padre? A partir de esta pregunta nacían un sin fin de cuestiones por resolver que ni siquiera me permitía plantearme por miedo a volverme completamente loca. ¿Acaso mi madre había sido infiel a mi padre y por eso él no había soportado tenerme como hija?, ¿era fruto de una relación anterior de mi madre? Por lo que yo sabía, incluso podría ser que mis padres hubieran sido incapaces de concebir un niño y me hubieran adoptado, y que mi padre no hubiera estado a la altura de las circunstancias. Pero qué barbaridad, ¡claro que no!, no sé ni cómo puedo pensar estas cosas.

Llegamos a la mansión de la Villa, que descansaba al pie de un magnífico lago, y dejé a Christopher ocupado con las maletas mientras una enfermera me condujo hasta la puerta de una habitación. Me disculpé de ella preguntándole dónde estaba el tocador, y amablemente me llevó hasta él. Como una espía digna de la mejor misión imposible, me encerré en el baño y busqué en mi bolso nerviosamente el artilugio que había comprado en una tienda de productos de espionaje empresarial en Barcelona. Una rosa roja... En realidad estaba hecha para colocarla en un jarrón o algo por el estilo, en un lugar desde el que pudiera captar con claridad los sonidos de alrededor, pero yo iba a darle un uso mucho mejor. Con tanto cuidado como si fuera a estallar en cualquier momento, la coloqué en mi vertiginoso escote dando el toque de glamour que le faltaba a mi indumentaria. Comprobé que el micrófono funcionaba bien y lo grababa todo, no quería arriesgarme a que un valioso dato se me pasara por alto, y me dirigí de nuevo a la habitación. Llamé a la puerta y entré.

—¡Hija mía, qué gusto verte! ¡¿Qué haces aquí?! No puedo creerlo. ¿Eres tú?, ¿de verdad eres tú?
—Sí, Ambrosio —la risa se me escapó de pura alegría—, soy yo, he venido a verte —me acerqué a él y le abracé. La vista se me nubló por las lágrimas.
Ma fleur... ¿Cómo estás? Cuéntame, anda.
—Estoy estupendamente, ¿no me ves? —me separé de él y di una vuelta sobre mí misma para que me viera en todo mi esplendor.
—Ya veo que estás hecha toda una mujer. Estás maravillosa, mi querida Pam, como siempre.
—Oh, mi querido Ambrosio, ¡tú también estás estupendo!
—Anda ya, si yo sólo soy un viejo.
—Nada de eso, estás en la flor de la vida, y tú lo sabes.
—Pero qué ocurrencias tienes ma fleur —se rió a carcajadas, siempre me había gustado verle reír—. Ya no me acordaba de lo bonita que era tu sonrisa.
—Pero Ambrosio, si hace menos de tres meses que vine la última vez. Justo antes de navidad, ¿no te acuerdas?
—¿Tres meses, ma petit fleur? ¡Si hace por lo menos cinco años que no venías a verme! Y bien que haces, porque una jovencita tan hermosa como tú tiene que estar ocupada en sus affaires, disfrutando la vida, y no visitando a un anciano.
—Ambrosio, de verdad, la última vez que vine fue hace unos meses —Ambrosio puso cara de extrañeza. La enfermera me había dicho antes de entrar que su Alzheimer había empeorado, pero no le había querido creer. Haciendo caso omiso, le hice un resumen a grandes rasgos de mi vida en estos últimos años y me escuchó con suma atención, como siempre hizo desde que tengo uso de razón. Ambrosio había dedicado toda su vida a servir a mi familia, en especial a mí. Él me había cuidado como un padre cuando me quedé sola, y por eso yo le proporcionaba las mejores atenciones ahora, en su vejez.
—Ay, mi niña. Qué gusto me da escucharte. Me alegra saber que todo te va tan bien.
—Ambrosio, quiero preguntarte algo.
—Claro, lo que quieras.
—He descubierto algo, y quizá tú puedas ayudarme. Seguro que sabes algo al respecto —no tenía sentido andarme con tapujos, así que se lo dije sin más—. Escucha, necesito saber si mi padre, Kellen, es mi verdadero padre —la cara de Ambrosio se puso pálida y se quedó callado con semblante grave. Desde luego había reaccionado ante la pregunta.
—Kellen... conozco ese nombre. Tu padre. Sí, tu padre. Él es tu padre, claro, ¿quién si no?
—Ambrosio, por favor, es muy importante que me digas la verdad.
Le cygne.
—¿Qué?
—Hay que darle de comer al cygne. Claro. Elissa siempre lo hacía —me miró preocupado—, ¿quién lo hace ahora?, ¿lo haces tú?
—¿Qué cisne Ambrosio?
Le cygne —ahora buscaba con ansiedad en sus bolsillos. El cisne fue el icono preferido de mi madre mientras estuvo viva, para ella simbolizaba elegancia, clase, todo cuanto una mujer que se precie debe reunir. Ambrosio estaba confundiendo ideas. Ahora se había levantado y abría los cajones de la habitación.
—Ambrosio, ven —lo detuve y lo senté con dulzura en el sillón—. Tranquilo, ven conmigo. Tranquilo, no pasa nada. Ven.
—Pam, ma petit fleur, eres bellísima, tienes los ojos de tu madre, tan azules... —Ambrosio me tocó la cara con manos temblorosas y se emocionó. Es una criatura tan dulce. Está lleno de amor, y por ello mi gratitud hacía él no tiene límites.
—No llores mi querido Ambrosio —le abracé—. Espera, voy a buscar un pañuelo para secarte esas lágrimas —rebusqué en mi enorme bolso y entonces me di cuenta de que había un pequeño sobre cuadrado que no recordaba haber metido—. ¿Qué es esto?

Anillo de oro y diamantes en forma de corazónLo palpé y el pulso se me aceleró. Dentro del sobre había algo. Lo abrí con mucho cuidado y puse el contenido sobre mi mano. Era un anillo, un precioso y maravilloso anillo de oro y diamantes con forma de corazón. No podía creerlo, ¿quién lo había puesto ahí? Había algo más, una nota escrita con una masculina y elegante letra que me resultaba familiar:

"He sido consumido por el fuego, pero nunca tanto como por el calor de mi deseo.
Feliz San Valentín, mi amada Pamela".


Estaba alucinando, queridos, o sea, no podía entender qué estaba pasando, no podía. Me puse la nota sobre el pecho sintiendo que me estallaba de júbilo. Ambrosio me miraba como si estuviera loca. Un anillo de oro y diamantes, extraordinario y reluciente, y otra nota de amor. ¿Quién era el artífice de aquello? La curiosidad me recorría desatando una explosiva emoción tras otra dentro de mí en efecto dominó.

Yo maldiciendo a Cupido, lamentándome hace unas horas de no tener amor por San Valentín, y no sólo he pasado el día con una de las personas que más quiero, sino que además he recibido un misterioso presente de un admirador secreto. ¿Se puede pedir algo más?

Nerviosa, busqué en mi cartera el otro papel. Lo había guardado por si acaso lo necesitaba, queridos. De acuerdo, lo reconozco, confieso, me gusta mirarlo a veces, cuando necesito animarme, es cierto. Sí, no había duda, la letra de esta nota era la misma que la de la nota que encontré en mi bolso aquella vez en la biblioteca de Madrid.

Incansablemente vuestra, e irremediablemente extasiada
Pamela

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Diamantes... 17

  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    jueves, febrero 15, 2007 3:06:00 p. m.

    Pamela:
    Me ha encantado tu relato. Está lleno de ternura. Me encanta porque las notas de Francia que tiene me han acercado a tí porque mi segunda por no decir primera lengua es el francés.
    Me alegro por ese bonito miércoles que tuviste ayer.
    Lorena

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    jueves, febrero 15, 2007 10:50:00 p. m.

    Hi Pam,

    Amor hidolatro tu fotolog, aunque solo lei los tres primeros parrafos, no entiendo como la gente puede leer mas de 10 minutos y no empezar a pensar en su propia vida. No maltrates tanto tus uñas con hiper-posts
    By the way, el anillo es horrible, barato y lo peor de todo estoy tan exausta de ayer noche que no se que ponerme hoy.

    Kisses Bitches.

    PS:Si amenizaras tus relatos con fotos todo seria mas VOGUE y me enteraria de como acaban las historias.

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    viernes, febrero 16, 2007 1:10:00 a. m.

    Queridas amigas virtuales,

    Querida Lorena, gracias por leer mi escrito, me ha hecho muchísima ilusión, querida. El francés es una lengua que siempre me gustó, desde que Ambrosio me hablaba en francés me enamoré del idioma. El portugués de Brasil también me fascina, es tan dulce...

    Querida Victoria, gracias por idolatrar mi diario, no esperaba menos de alguien inteligente como pareces ser tú. Aunque sin duda alguna si no entiendes que la gente lea diez minutos debe ser porque no te gusta la lectura, sería mucho más recomendable que te compraras la revista de moda que más te guste, así además aprenderías mucho acerca de las últimas tendencias que están al llegar. No sufras por mis uñas, querida, pues las cuido con tanta delicadeza que sería imposible que por escribir un rato se vieran dañadas. Eso sí, me vas a perdonar por contradecirte, pero este anillo que me han regalado secretamente es precioso a la par que caro, porque de muchas cosas no entenderé, pero las joyas no son una de ellas. Además, aunque fuera la joya más fea y barata del mundo, nada tendría más emoción contenida y significado, pues viene de las manos de un misterioso admirador que me lo ha regalado con todo su amor, y la intención está por encima del metal y las piedras. Descansa querida, duerme bien que luego la piel sufre estrés y aparecen las antiestéticas arrugas en cuanto te descuidas, es mi consejo, y además así tendrás la mente mucho más clara para saber qué ponerte, y más con una de las revistas que te decía delante. No te preocupes por no entender la historia de mi vida porque cuando la lleven al cine o al cómic, y estoy segura de que lo harán tarde o temprano, serás la primera a quién se lo comunicaré.

    Siempre vuestra,
    Pamela

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    sábado, febrero 17, 2007 1:19:00 a. m.

    Querida Victoria:

    Con todo respeto te digo que alucino con lo sencilla que eres. A mí me encanta la moda como a tí pero no sólo me dedico a eso, todo lo contrario, eso sólo me ocupa 2 horas al día el resto del tiempo tengo una carrera profesional (Sanitaria) que desarrollo cada día. Y mis éxitos profesionales son lo que dan, además de el amor, sentido a mi vida.
    Victoria espero que no te siente mal pero, siempre preferiré una persona interesante aunque con poco gusto para vestir a una persona obsesionada con la apariencia y filistea.
    Un saludo
    Lorena
    P.D: querida Pamela, tu persona cada día me resulta más intrigante.. Un abrazo

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    domingo, febrero 18, 2007 11:25:00 p. m.

    Pamela y Lorena,

    Me encanta que me leais y deis vuestra opiniones, y me encanta que tu Lorena tengas una vida profesional que llevar a cabo yo no la tengo ni pienso, asi que me dedico a los placeres que me da mi cuidado personal, la eleccion de mis atuendos y la vida social.
    Se la opinion que teneis las mujeres como tu, muy NYC extresadas autosufiecients y altamente eficientes para cualquier situción, yo en cambio para eso soy muy L.A. me gusta que me lo hagan todo, pero a pesar de esa opinion podemos tener una amistad basada en mi gran admiracion hacia todo lo que posteas.

    take care PUTAS.

    PS: el Jueves Me puse un gucci negro nuevo he llegado hoy domingo con el mismo vestido y sin haber dormido ni una hora más.
    Ahora dormire en trance hasta el martes.

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    martes, febrero 20, 2007 9:56:00 a. m.

    Queridas amigas virtuales,

    Lorena, debo reconocer que me produce cierto placer resultarte intrigante, muchas gracias. Tú me resultas una grata persona y me alegro mucho de haberte encontrado en este mundo virtual.

    Victoria, me encanta que todo te encante en mi diario íntimo y personal, pues es lo mejor que puede pasarle a uno de mis acérrimos lectores. Seguro que tu buen gusto y clase, que brillan por su ausencia, tienen una relación directamente proporcional a tu higiene personal. Yo de ti, querida, le consultaría a mi esteticien, eso no puede ser sano para el cutis. Ah, querida, ¡que ocurrente y divertida eres!, he cogido el juego de palabras, sí que tienes ocupación, claro, ahora lo entendí todo, lo estabas diciendo alto y claro, lo que pasa es que sobraba una letra.

    Siempre vuestra,
    Pamela

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    martes, febrero 20, 2007 6:24:00 p. m.

    Por favor Victoria,

    Con suerte no leerás este mensaje hasta el mes que viene porque aún no habrás salido de ese trance en el que has decidido entrar. Duerme, hija, duerme... largo y tendido, tú no te preocupes de nada y recupera el aliento. Luego, cuando despiertes unos ejercicios de relajación y tómate la vida con más alegría, vuelve a tu vida social que tanto necesitas y adoras, y sobretodo, date una ducha, porque pronto tu olor corporal traspasará las barreras virtuales de internet y tendremos que venir con mascarillas a leer tus posts.

    Nos vemos en tu siguiente entrada.... o no!

    Un beso.

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    miércoles, febrero 21, 2007 4:11:00 a. m.

    Cuanta ironía y que poca pespicacia.
    Evidentemente no estube todo el finde semana con la misma ropa puesta pues el jeuves en un club me encontre a un ex-amante al que odiaba pero se reavivo la pasión y estube todo el finde semana, desnuda, en su casa disfrutando de los placeres del cuerpo, y dado que los disfrute por toda la casa, puedo decir que estube en la bañera. El vestido solo me lo volvi para volver a casa, en su coche donde tb disfrute y esta vez si con el vestido puesto.
    Me levante hace un rato y ya estoy arreglada esperando que me recojan llevo un Missoni super antiguo y una amiga italina me ha dicho k tenia una montada en su casa increible asi que alla voy.
    En cuanto a mi gusto Pamela, no se que tienes tu que decir puesto que no me conoces, aunque te lo perdono todo, tienes el peor de los alcolismos el que se disfruta en soledad y que solo se pueden permitir grandes mujeres de otros tiempos muy a la altura del crepusculo de los dioses.
    Todo sin ofender yo también disfruto del alcohol como la que mas pero siempre en compañia.
    besos

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    miércoles, febrero 21, 2007 12:01:00 p. m.

    jajajja, tú si que eres "pespicaz".

    Besos

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    miércoles, febrero 21, 2007 12:40:00 p. m.

    Querida Victoria,

    Lo que digo está únicamente basado en lo que díces tú, es un reflejo, así pues tu buen gusto se trasluce únicamente a través de las palabras que salen de tus dedos, y con las vulgaridades que a veces dices comprenderás seguro que te lo haya dicho. Evidentemente que no te conozco, querida, y sin conocerte me atrevería a decir ¡que tienes una vida completamente loca y desequilibrada! Cosa que por otro lado es completamente genial si es lo que te hace feliz. Cada uno tiene su propio equilibrio personal, y el mío seguramente será un desequilibrio para otra persona, estoy completamente convencida de ello.

    Un ex-amante al que odiabas... se reavivó la pasión... desnuda... bañera... sí, sobraba una letra, pero querida, es maravilloso y excitante, si aún no has abierto un diario íntimo en internet es seguro porque no tienes nada de tiempo con tanta maravillosa vida social, pero plantéatelo, para mí ha sido una de las cosas que más me ha congratulado últimamente, un bálsamo para el alma. Lanzar estos mensajes al mar dentro de botellas virtuales es algo... como lo diría, trascendental. Toda una experiencia.

    Querida, nada me satifaría más que me describieras con lujo de detalles los vestidos que cubren tu piel, parecen ser de lo más sublimes. Gucci, Missoni... me encanta.

    ¿En verdad crees que tengo el peor de los alcoholismos? Me preocupas. Este era un tema del que me había olvidado por completo desde que fui a aquella reunión en la que conocí fatalmente a Alfred... me has reavivado un sentimiento que creía olvidado, a pesar de que lo asocies al crepúsculo de los dioses, cosa que me agrada. Tendré que consultar a Michael de nuevo, ya que Marco está muy lejos ahora, muy a mi pesar.

    Siempre tuya,
    Pamela

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    miércoles, febrero 21, 2007 12:41:00 p. m.

    Querida Emy,

    Mis más fervientes gracias por tus intervenciones, me gusta muchísimo verte escribir. Además, tienes un nombre muy bonito.

    Siempre tuya,
    Pamela

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    jueves, febrero 22, 2007 4:35:00 p. m.

    Desconocida Pamela,

    Realmente he tenido poco tiempo para leer tu diario... he llegado a él de forma directa, ya que un comentario tuyo en mi fotolog me ha llenado de sorpresa.

    No sé si nos conocemos, o tu comentario en mi espacio ha nacido de una pirueta virtual del destino.

    Dejo la lectura de tu espacio para un momento más adecuado, tipo luz de lamparilla, sofá en casa y un gimlet en la mano izquierda, mientras con la otra voy bajando el scroll a medida que lea tus confesiones.

    Esperando una respuesta en mi fotolog,

    rEd from technicolor_rgb

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    jueves, febrero 22, 2007 6:14:00 p. m.

    Querido Technicolor,

    Efectivamente, mío ha sido el comentario que dejé antes de este, lo confirmo y confieso. Y no, no nos conocemos o eso creo, querido, y sí, he llegado a tu fotolog por un giro del destino virtual, que tantos misterios encierra. La sabiduría sólo está al alcance de unos pocos eruditos y muy a mi pesar debo admitir que yo no soy uno de ellos. A decir verdad estaba navegando en este extenso mar que es internet como pequeño yate a la deriva, y del diario íntimo de mi querido amigo virtual Kim pasé a su... ¿fotolog se llama?, y de éste al tuyo sin saber cómo, me gustó lo que leí -menos lo de la Barbie, como ya te dije, debo reconocer que es toda una crueldad de tu parte querido, e inmerecida para tan inocente y glamourosa muñeca- y no quise reprimir el impulso de escribirte, espero que no te haya molestado.

    Siempre tuya,
    Pamela

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    viernes, febrero 23, 2007 1:37:00 a. m.

    semi-conocida pamela,

    no me han molestado para nada tus comentarios en mi fotolog (debería decir nuestro, pq la verdad es que technicolor_rgb se compone de 3 integrantes: red, green & blue, y yo solo soy un tercio).

    supongo que hay cierto desinterés por tu parte en el mundo modernillo-popi (del que yo me río constantemente) pq sino, sabrías que "barbi debe morir" es el título de una canción de las nacys rubias... en mi actualización de fotolog, era un simple giro gracioso hacia mis otros dos congéneres (green&blue), con quienes compartí concierto y cervezas. nada en contra de la verdadera barbie (esta si con e final)... aunque ken nunca despertó mi interés sexual, para ser sinceros.

    hoy no he tenido tiempo de gimlet para leerme tu diario... he llegado a casa con un par de cervezas de más. intentaré una lectura pausada de tus memorias durante el fin de semana.

    con aprecio

    rEd

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    viernes, febrero 23, 2007 9:30:00 a. m.

    Querido rEd,

    ¡Qué divertida idea la de tener un diario entre tres personas! Aunque debéis ser ciertamente ordenados para no caer en el caos hacia el que tiende todo por orden natural. Como mi buen Ambrosio siempre me decía, una mujer ordenada vale por dos, aunque yo, francamente, creo que sólo valgo por una, muy a mi pesar y al suyo entonces, por supuesto.

    No tenía ni idea de esa canción, querido, pero me congratula saber que no tienes nada en contra de mi pequeña Barbie... ni de Ken, a pesar de que no despierte en ti nada sexual. Entiendo y aplaudo que el plástico no te diga más que la carne y el hueso de determinados hombres que... cómo lo diría sin parecer vulgar, son como Dioses del Olímpo, sí.

    Querido, lee mi diario cuando más te plazca, y si no te place, yo me alegraré de que uses tu precioso tiempo como más te haga feliz. Brindo por ti, chin-chin.

    Siempre tuya,
    Pamela

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    jueves, marzo 29, 2007 12:56:00 a. m.

    hola Pamela!
    quiero que sepas que me gusta mucho tu pagina pero me gustaria hacerte una pregunta (no va a malas, en serio): ¿es verdad que te pasan todas estas cosas o son relatos que inventas? si es lo primero pues me parece muy bien que compartas tus vivencias y si es lo segundo pues nada, decirte que tienes mucha imaginacion! de las dos maneras decirte tambien que escribes muy bien, y que a mi no me molesta nada dedicar mas de 10 minutos en leer tus posts. Todo lo contrario...
    pues eso, era simple curiosidad!
    que te vaya bien!
    un saludo
    javi

    PD: he puesto anonimo, porque no tengo ni google/blogger ni pagina web ni nada, ya me gustaria saber de donde sacais tiempo... que envidia! espero que no te moleste este hecho

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    jueves, marzo 29, 2007 11:14:00 a. m.

    Querido Javi,

    Gracias por tus palabras de apoyo, son agua fresca que recorre mi piel en días calurosos, y por supuesto nada de lo que me dices ni preguntas podría molestarme, pues estoy encantada de contestarte. Te juro por Christian Dior y con la mano sobre mi martini, que todas mis vivencias son absoluta y completamente reales. En realidad, querido, me ocurren muchas más cosas de las que narro, señales de la vida que me dejan continuamente estupefacta y maravillada al mismo tiempo, pero por falta de tiempo y porque resultaría increíble -querido, la vida no necesita explicación, simplemente fluye, no como las novelas- para vosotros, mis acérrimos lectores, pues sólo reproduzco lo que más llama mi atención.

    Respecto al tiempo, querido, no quiero parecer condescendiente ni maleducada, pero como dispongo de una basta fortuna familiar, dispongo de todo el tiempo para hacer de él lo que me plazca.

    Espero haber aclarado tus dudas.

    Siempre tuya,
    Pamela

     

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