Tinieblas en la noche

viernes, agosto 18


Queridos amigos virtuales,

Siento no haber escrito hasta ahora sin daros antes una explicación, pero ha sido debido a causas que escapaban a mi control. Lamentablemente, he estado ingresada en el hospital. Tranquilos, no sufráis por mí, porque ya me he recuperado de las magulladuras, los moratones, la torcedura de tobillo y la fractura de clavícula. Mi alma, sin embargo, tardará un poco más en sanar.

Todo empezó el día en que me reuní con Christopher porque quería hablar conmigo de un asunto de suma importancia. Yo me moría de curiosidad. ¿De qué podía querer hablar conmigo? No se me ocurría nada. Hasta se me pasaron por la cabeza ideas tan descabelladas como que quisiera dejar de trabajar para mí, cosa del todo improbable y que deseché de inmediato.

Me citó a las seis de la tarde en la entrada del hotel y allí me presenté puntual como un girasol que se abre con el primer rayo del sol de agosto. Ahí estaba él, siempre tan atractivo. Había una diferencia que no me pasó desapercibida: no llevaba corbata y algunos de los botones de su camisa dejaban entrever un poderoso pectoral cubierto de corto vello. Mi piel se erizó como un microscópico escándalo cuando me puso la mano sobre la espalda para invitarme a entrar en la limusina.

―Vamos a un sitio que te va a gustar ―anunció al arrancar.
―¿Sí, dónde? ―pregunté llena de emoción.
―Es una sorpresa. Hoy voy a darte tu regalo de cumpleaños.

Me di cuenta de que era su día libre y que en realidad no tenía por qué estar conmigo. El corazón me latió como un caballo desbocado. Nos cruzamos la vista varias veces través del espejo retrovisor. Su perfilada nuca era un obsequio para la vista que me costaba grandes esfuerzos no lanzarme a acariciar.

Alrededor de hora y media después, la limusina se internó en un bosque y se detuvo en una hípica apartada.

―Hemos llegado ―dijo al abrirme la puerta.
―Es precioso.
―Lo es ―afirmó cerrando los ojos y respirando profundamente. Su pechó se hinchó―. Aquí es donde vengo a montar cuando siento nostalgia de los viejos tiempos. Aquellos en los que me dedicaba a la equitación.
―¿Vienes a menudo?
―De vez en cuando, sobre todo para cuidar de mi caballo. Necesita que lo monten de vez en cuando. Ven, sígueme, te presentaré a Edain.
―¿Edain? ―le pregunté mientras lo seguía hasta una cuadra cercana.
―Sí, Edain. Es mi caballo.

Edain era un purasangre hispanoárabe de crines del color de una noche sin luna, de pelaje tan suave como un suspiro. Christopher le puso la montura y se subió. Corría tan rápido que parecía una sombra. Desprendía una fuerza salvaje. El caballo, quiero decir. Sé lo que estáis pensando, queridos, y sí, Christopher también, para qué negarlo.

No me costó subir a lomos de Edain. Adopté una postura digna de elogio: como toda una dama. Mi tía habría estado orgullosa si me hubiera visto. Nos adentramos en el bosque. La robusta espalda de Christopher me servía de apoyo para no caer. Las estrellas fueron ocupando su lugar, observándonos tímidamente desde el cielo. Fue un paseo realmente encantador.

Ya era bastante tarde cuando regresamos. Como agradecimiento por tan genuino regalo de cumpleaños, me atreví a invitarle a tomar una copa en mi mansión, lugar al que no suelo ir porque no acabo de acostumbrarme a estar sola, y más cuando en el hotel tengo toda la diversión que mi alma necesita.

Con una copa de martini en la mano, descubrí que Christopher era mucho más interesante de lo que creía. Sentados en el sofá me desveló algunos de los trazos que me faltaban para comprender el intrincado dibujo de su alma. Normalmente acostumbraba a ser un hombre de lo más reservado para su vida personal, por eso me cogió desprevenida cuando comentó que una vez había estado casado. ¿Tal vez el whisky estaba haciendo mella en su armadura? Era la quinta copa que se tomaba y nunca le había visto beber. Me contó que nunca había sido tan feliz como en los tiempos en que estuvo casado con Felicia. Tuvo todo lo que cualquier hombre podía desear: la mujer de su vida, una preciosa hija y una pasión con la que ganarse holgadamente el pan, la equitación. Cuando le pregunté por qué se acabó todo aquello palpé la desesperación que se aglutinó en su mirada. Inmediatamente supe que no debía haber hecho aquella pregunta y, ante mi asombro, echó a llorar como un niño roto. No podía creer que un hombre que traslucía una seguridad tan desbordante se estuviera viniendo abajo delante de mí. No sabía qué hacer, así que le abracé y, sin poder evitarlo, yo también eché a llorar. Me pregunté qué habría pasado con su mujer y su hija para que tuviera tan intenso dolor en el corazón.

Mis lágrimas cayeron sobre su mejilla mientras las suyas resbalaban por mi escote, uniéndose ambas en una melancólica danza. Nos desahogamos unos largos minutos en los que consumimos tensiones acumuladas y, cuando quise decirle algo, vi que se había quedado dormido. Le recosté como pude en el sofá y le tapé con una sábana. Estaba tan sexy con la camisa abierta y ese mechón cayéndole sobre la frente que de repente me inundó una corriente de calor eléctrico. Haciendo caso omiso, le limpié las lágrimas con mi fular y subí a mi habitación a acostarme entre suspiros de anhelo que se perdieron en un sueño intranquilo.

Me despertó un ruido en la oscuridad. ¿Christopher tal vez? Sin saber por qué, me puse el collar de perlas que había dejado sobre la mesita de noche. Por encima del picardías de encaje negro me quedaba completamente arrebatador. Casi sin darme cuenta, adopté una sugerente postura y esperé. La luz de la luna se filtraba por el ventanal. Pasaron los minutos y nadie llegaba, así que decidí ir a ver qué había sido ese ruido.

―¿Christopher? ―pregunté mientras bajaba las escaleras que llevaban al salón. Nadie respondió. Christopher no estaba en el sofá y la puerta de la calle estaba abierta―. Qué extraño...

No era propio de él irse en mitad de la noche sin despedirse. Ni siquiera había dejado una nota. «Claro que tampoco es propio de él ponerse a llorar como un niño», pensé. Cerré la puerta y regresé a la habitación. Estaba a punto de llegar a la cama cuando un brazo se deslizó por detrás y me cerró la boca. Otro se cerró con fuerza sobre mis brazos.

―¿Sorprendida, querida? ¿De verdad pensabas que no ibas a volver a verme? ―susurró el hombre que me sujetaba. Su voz estaba sembrada de odio y traslucía una advertencia más que evidente―. Ahora voy a quitarte la mano de la boca, pero más vale que no grites, porque si lo haces, o si te portas mal de alguna otra forma, me veré obligado a hacerte daño. Y eso es algo que no quiero hacer, al menos de momento...
―¿Alfred? ―pregunté con incredulidad cuando pude hablar.
―Ah, querida, no sé por qué te empeñas en hacer las cosas tan difíciles.
―¿Qué? Alfred, por favor, suéltame.
―He soñado tantas veces con poder acariciarte de nuevo, Pamela ―susurró mientras me rozaba el rostro con el dorso de la mano. Un torrente de repugnancia me invadió por dentro, pero el terror hizo las veces de presa conteniendo cualquier impulso―. Ah, si no te hubieras apartado de mí como si fuera un delincuente, si te hubieras quedado a mi lado... Como amiga nada más. Nos podíamos haber divertido tanto, Pamela.
―Alfred, suéltame. Me estás asustando.
―¿Asustando? No, querida, no te asustes. Sólo quiero que juguemos un rato. La otra vez te gustó que jugáramos, ¿recuerdas? Tu eras la gata ramera, y yo... el lobo. ¿Eh, pequeña furcia?

Por el rabillo del ojo vi que una sombra de ira y deseo cruzó su cara, desfigurándola. Sin darme tiempo a reaccionar, me lanzó violentamente sobre la cama y se tiró encima de mí. Estaba tan aterrorizada que no podía hacer más que dar gritos de histeria y convulsionarme bajo su peso. Me agarró del pelo y me obligó a enterrar la cara en la almohada, ahogando mis gritos, mientras con la otra mano intentaba arrancarme el picardías. Quizá fuera la adrenalina que corría por mis venas, o quizá el impulso del asco que me dio sentir su lengua por el cuello envuelta en un aliento caliente, pero mi pierna derecha halló un espacio por el que doblarse para propinar una patada a pesar de encontrarme boca abajo. Golpeé con todas mi fuerzas. Mi tacón de aguja debió impactar sobre un lugar afortunado porque el peso y la fuerza que me retenían desaparecieron. Me tiré al suelo. Dando bandazos conseguí ponerme en pie. Todo me daba vueltas; no sabía dónde iba. A ciegas, mi mano encontró el sólido apoyo de una pared. Respiré unos segundos y me lancé en busca de la puerta de mi habitación.

Lo siguiente que recuerdo es que estaba corriendo por el pasillo. Momentos después estaba asfixiándome porque mi collar de perlas tiraba en dirección contraria a la que me quería dirigir. Entonces se rompió. Las cuentas rodaron por el suelo con un millón de repiqueteos. Alcancé la barandilla de la escalera en el justo instante en que una sombra cruzaba detrás de mí. Cuando me giré, vi cómo el puño de un hombre se hundía en la mandíbula de Alfred. El hombre, fuera de sí, peleaba como un león. Algo me hizo perder el equilibrio. Rodé escaleras abajo. La negrura me engulló.

Cuando abrí los ojos de nuevo estaba en el hospital. La atenta mirada de Christopher me vigilaba. Lo había estado haciendo desde que me quedé inconsciente. Había sido él quien me había salvado de Alfred. Michael también estaba allí.

Fue horrible, queridos; tan horrible que las palabras se quedan cortas para expresar la tenebrosidad que envuelve todo cuanto sentí aquella fatídica noche.

Siempre vuestra, y compungida
Pamela

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Diamantes... 19

  1. Escrito por Blogger Esther

    viernes, agosto 18, 2006 11:29:00 p. m.

    Hola de nuevo,

    siento todo lo que te ha ocurrido, espero que te encuentres mucho mejor y que pronto las heridas que faltan por cerrar, lo hagan lo mas rapido posible.
    Muchas gracias por solucionarme las dudas que tenia, y sobre el tag, es ese recuadro donde la gente te puede escibir mensajes que ciertamente, no se como hacer.

    Por ultimo y sin ganas de molestarte, te agradezco que me dejases poner links directos a tu blog desde el mio, ya que me inspire en tus escritos para hablar de cocteles y bebidas varias.
    Para finalizar tengo que alabar tu blog ya que me parece que escribes con verdadera belleza y glamour.

    Muchas gracias,

    Esther

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    sábado, agosto 19, 2006 12:10:00 a. m.

    Querida Esther,

    Oh, querida, agradezco muchísimo que sientas lo que me ha ocurrido. Sí, ahora ya me encuentro mucho mejor después de mi estancia en el hospital, Michael es muy bueno como médico a pesar su especialidad sea la cirugía plástica, aunque aún voy al psicólogo para prevenir posibles secuelas. Hace días que no salgo a la calle a causa del miedo. La vida nos lleva a veces por caminos insospechados para enseñarnos lecciones que no debemos desaprovechar, Esther. Incluso en los momentos que nos parezcan más oscuros hay escondido un rayo de luz.

    El panel de mensajes que Gregor habilitó para mí con motivo de mi último cumpleaños puedes conseguirlo en cbox. Es muy fácil, dice Gregor que sólo tienes que seguir las instrucciones que te indicarán en esa página web, querida. No dudes en consultarme cualquier duda, pues se la plantearé a Gregor lo antes posible.

    Incansablemente tuya,
    Pamela

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    sábado, agosto 19, 2006 11:51:00 p. m.

    Para empezar, buenas noches Pamela. A través de un amigo he conocido tu blog. Al principio de tus primeras lecturas tan solo pensaba que eras un personaje propio de la ficción de algún individuo; ahora pienso que, como tú bien has dicho,te sientes sola, y buscas desesperadamente llamar la atención acerca de tí misma.
    Me parece muy lícito, una forma como cualquier otra de llenar un vacío muy grande que alguna vez alguien te dejó. No me arriesgo a decir quién, porque no conozco tu historia, al igual que no la dás a conocer a través de tus relatos. De todos modos Pamela, quienes somos para juzgar a nadie... Aunque considero que tu último relato no es lo suficientemente real, quizás porque, sencillamente, es fruto de tu imaginación, querida. Busca ayuda profesional, te vendría bien.
    No pretendo ofender, que quede claro, simplemente doy mi opinión al respecto.

    Por cierto, qué laca de uñas utilizas?

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    domingo, agosto 20, 2006 7:42:00 a. m.

    Querida Femme,

    Sin duda son unas buenas noches, a parte de por lo mucho que me he divertido hoy porque, como no podía dormir, encontrar una intervención como la tuya es de agradecer como agua caída del cielo cuando andas por las desérticas horas en las que me encuentro.

    Ah, qué puedo decir que no haya supuesto ya tu viva inteligencia, querida, quizá la psicóloga que hay en ti se sienta ahora mucho mejor al descubrir los entresijos que encierra mi simple personalidad y al servirme así de ayuda, eso me congratula, porque me siento bien haciendo alguien se sienta realizado, y más si puede conseguirse de forma tan sencilla. Sentirse realizado y útil es vital para la salud mental de las personas, aunque ahora que lo pienso no acierto a entender que tiene que ver en todo esto mi preciosa y perfecta laca de uñas, ¿tal vez perteneces a un novedoso tipo de psicología que basa su sabiduría en la cosmética? ¡Querida, qué fantástico sería! ¡No lo dudes, paténtalo! Tengo un montón de conocidas en mi club social que estarían dispuestas a llamarte de inmediato.

    De todas formas quiero tranquilizarte porque puedo sentir en las pestañas que estás muy preocupada por mí, puedo entreverlo en tu diagnóstico, y no me gustaría que no pudieras dormir consumida por la preocupación, lo digo con la mano sobre mi martini. Supongo que se debe a que hace mucho que dejaste de leer mi diario, a que no pasaste de las primeras lecturas que mencionas, y no es un reproche, Christian Dior me libre de reprochar nada a nadie, pero hace mucho que ya no me siento sola, no desde que tengo tan buenos y generosos amigos que me cuidan tanto y tan bien, sin mencionar el hecho de que son irresistiblemente atractivos e indiscutiblemente masculinos, rodeada de ellos estoy... como lo diría, sí, en la gloria. En algo sí tienes razón, tengo un vacío en el corazón, un vacío que aún espero que alguien llene con todo su fuego y con una explosión de sensaciones maravillosas e indescriptibles. Pero sé que eso llegará, puedo sentirlo dentro de mí como un pálpito en el fondo de la mirada que me devuelven los espejos.

    Siempre tuya,
    Pammy

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    lunes, agosto 21, 2006 11:44:00 a. m.

    Buenos días Pamela. Varias aclaraciones:
    Primera: Me has confundido con aquella ignorante persona que te dejaba mensajes firmando como anónimo, como dices, esa tal femme. Mi nombre es Maria García , y , repito, te conocí a través de un amigo, hace ya un tiempo.
    Segunda: me molesta que dudes de si te he leído o si he dejado de hacerlo (supongo que debido a la confusión en la que te has ahogado), ya que si escribo que te he leído es porque lo he hecho, quizás estés acostumbrada a que te mientan, en mi caso no tengo ninguna necesidad de mentir a alguien que no conozco y nunca veré.
    Tercera: Constantemente malinterpretas mis comentarios, no es mi intención psicoanalizarte, para eso existen personajes reales mucho más interesantes, sino conocerte, pero veo que solo aceptas entradas halagatorias y no indagatorias, y tu intención es, sencillamente escribir un cómic.
    Por último: me resulta excesivamente pretencioso por tu parte pensar que ayudas a alguien argumentando tus viñetas, o que incluso puedas pensar que alguien puede sentirse realizado/a gracias a tus intervenciones. Aunque me hayas confundido con esa otra persona, me parece de una pedanteria ordinaria que te dirijas así a una persona que lo único que hace es opinar en tu blog porque le han llamado la atención tus relatos. Deberías estarnos agradecidos a todos, incluso a esa tal femme (a la que por cierto no soporto) porque entre todos damos vida a tu cómic.


    Ah! Acerca de la laca de uñas ... no tienes que entender nada, es que soy muy coqueta.

    Saludos.

    Maria Garcia.

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    lunes, agosto 21, 2006 5:41:00 p. m.

    Buenos días María,

    Siento horrores que pensaras que te he confundido con aquella persona a la que estamos llamando Femme, querida, pero ese nombre sólo es el que doy a las personas de sexo femenino que firman de forma anónima, pues como bien sabrás es mujer en francés, una exquisita lengua que me robó el corazón hace ya tiempo. De haber firmado con tu nombre de un buen principio no se habría producido este pequeño malentendido.

    En ningún momento pienso que me hayas mentido, querida, Christian Dior me libre, tan sólo pensé que habías leído mi diario sólo de forma parcial al creer que me sentía sola. Lo que dije es que no iba mucho por mi mansión porque no me gusta estar sola allí, cosa muy distinta. Así que si te he molestado te pido que me disculpes, pues desde luego nunca fue mi intención. Como siempre digo, me siento muy agradecida por vuestros comentarios, tanto halagadores como indagadores, pero supongo que comprenderás que no estoy acostumbrada a que me llamen individuo y que sugieran que busque ayuda profesional. Desde luego acepto todo tipo de comentarios, las críticas son algo que me encanta, pero más las constructivas que las que se basan en suposiciones que poco tienen de real y que dan palos de ciego. María, con la mano sobre mi martini, si quieres saber algo de mí puedes preguntarme todo lo que quieras.

    De algo estoy segura: no te malinterpreto en un grado distinto que tú a mi persona; resulta evidente cuando repites una y otra vez que mi vida, que con grandes esfuerzos me gusta compartir aquí, es un cómic, cosa que pensándolo bien sí resulta un halago y te doy las gracias por ello.

    Ah, querida, no me malinterpretes, no era por presunción por lo que pensaba que te estabas sintiendo mejor analizándome, sino por la efusividad de tus palabras, en verdad pensé que por un momento estaba hablándome la psicóloga que hay en ti. De nuevo no me malinterpretes, porque no es por pedantería ordinaria por lo me dirijí a ti así, sino porque tu intervención no me pareció una indagación.

    Desde luego, como siempre repito y debes haber leído una y otra vez, siempre he estado agradecida por los comentarios de mis acérrimos lectores.

    Te entiendo, querida, yo también soy muy coqueta y la laca rosa de mis uñas perfectas me encanta.

    Siempre tuya,
    Pammy

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    martes, agosto 22, 2006 6:09:00 p. m.

    Hola Maria.

    Me presento ante ti, soy Eva, más conocida por mis amigos como ladrona de corazones, de ahí mi firma.

    Siento tener que comenzar corrigiéndote, me hubiera gustado comenzar alabando tu buen sentido del gusto y de la buena educación.

    Es solamente un pequeño detalle, nada importante pero que sí ha merecido mi interés.

    En tus aclaraciones del día 21, concretamente la tercera, comentas que Pamela solo acepta entradas halagatorias y no indagatorias. Ahí va la pregunta que seguidamente voy a responder yo misma: ¿ Te has molestado en buscar en el diccionario de la real academia lo que singifica "indagar"?. Tranquila, para no confundirnos más, lo he hecho yo por ti: Es "Intentar averiguar, inquirir algo discurriendo o con preguntas". Obviamente, menos preguntar qué laca de uñas utiliza, tu no preguntas nada, solo afirmas. Y si lo que haces es discurrir, pues sencillamente inventas o conjeturas, algo demasiado incierto para mi, querida.

    Afirmaciones que haces, sin el principio de la buena fe:
    1. te sientes sola, y buscas desesperadamente llamar la atención acerca de tí misma.
    2.una forma como cualquier otra de llenar un vacío muy grande que alguna vez alguien te dejó.
    3.tu último relato no es lo suficientemente real...es fruto de tu imaginación.

    Mentirijillas (ayyy, malona, malona...):
    1. No pretendo ofender, que quede claro, simplemente doy mi opinión al respecto.

    Ay, Maria, ya me contarás. ¿Estoy en lo cierto?. Yo no afirmo ahora, pregunto e indago. Respóndeme por favor, lo espero.

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    lunes, septiembre 04, 2006 4:25:00 p. m.

    Vaya, que decepción no tener respuesta de la chica anónima, después de tantos días. Aún tengo una pequeña esperanza de que al menos nos dirás algo...aunque sea un adiós para siempre.( Eso, no, eh!!). Me siento como si hubiera lanzado un mensaje dentro de una botella verde oscuro al mar, para que llege a su destinatario de forma casual...(en este caso, solo será si lees este mensaje).
    Bueno, pues nada, Pamela hecho de menos alguna historia tuya. Supongo que habras hecho vacaciones, dentro de tus vacaciones perpétuas, no? O simplemente ha continuado tu vida como siempre ( que ya es excepcional de por si, todo sea dicho).

    Un beso,

    Eva

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    martes, noviembre 07, 2006 12:06:00 p. m.

    He estado ausente todo este tiempo, y la verdad es que tenía cosas más importantes qué hacer que leer tus comentarios salidos de tono. No puedo entender por qué te pones tan nerviosa Eva, relájate mujer, que la vida son dos días, no hace falta estresarse tanto por opinar acerca de algo. Desde luego, no podrías llevar la vida de Pamela, tu débil corazón se rompería en pedazos de tantas emociones y sufrimiento. No voy a perder más mi tiempo contigo a menos que me hables con un poquito más de educación y un poquito menos de prepotencia.
    Pamela, disculpa que no te haya leído ni escrito desde entonces, pero, he estado muy ocupada, seguro que me entiendes a la perfección. Ha sido visitar tu página, leer a Eva, y ni siquiera he podido leer tu nuevo relato, ya que he flipado al ver su reacción desmesurada. No he podido controlarme ante tal torpeza..., espero que todo haya ido bien estas últimas semanas. Ya hablaremos.
    Un cálido hasta luego.

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    martes, noviembre 07, 2006 3:14:00 p. m.

    Hola Maria,

    Por fin sabemos algo de ti, hacía tiempo que no escribías, igual que yo.

    Agradezco que tus primeras palabras después de tanto tiempo sean dedicadas a mi, ese detalle me ha encantado. Más me ha gustado que te intereses por el estado de mis nervios. Referenta a tu pregunta, a pesar de que entiendo que es retórica y que no has intentado en ningún momento entender nada, te voy a responder. Mis nervios, continuan igual de bien que siempre, en su lugar. Cada terminación nerviosa tiene el mismo principio y el mismo final que la naturaleza me otorgó cuando nací. Ese principio y ese fin, es el correcto, recorren todo mi cuerpo como toca, no sufro la misma dolencia que otras personas cuyer nervios están un poco desconectados, y no alimentan del todo bien esa masa gris que tenemos dentro de la cabeza y se llama cerebro. Pero gracias, de verdad, nunca desprecio que alguien haga el mínimo intento por entender algo que es mío, aunque sea pura retórica, como ya dije.

    Mi corazón, otro órgano que tengo en perfecto estado, apesar que reconozco que es frágil. Pero no te confundas pues no tiene la misma fragilidad que el cristal de bohemia sobre el cual Pamel vierte sus valiosos cócteles, tan solo es la debilidad humana del amor cuando llega a mi, esa que hace que me sienta vulnerable a veces, y más viva que nunca cuando me lo roban.

    Maria, por favor, explicame si tu tiempo lo permite a qué te refieres con torpeza, no logro averiguarlo por mucho que piense en ello. ( Reconozco que es pura retórica también lo de ahora... ni he pensado mucho, y soy consciente que tu tampoco me responderás. Es tan solo una pregunta lanzada al aire, como el globo que se escapa de las manos de un niño y vuela hacia cielo sin saber donde caerá).

    Bueno y para acabar, educación me sobra. Reléete de nuevo mis escritos, tus lecturas son muy superficiales y solo captas lo que quieres.
    Y prepotencia... más bien diría que tu sola te colocas por debajo de mi, bien agachadita, casi estirada... más bien diría a la altura de la suela de los zapatos, sí, allí. Y todo eso tu solita, te lo repito. Mi educación no me permitiría ponerme por encima tuyo jamás. Mis principios tampoco. Cada uno va solo al lugar donde acaba.

    Un beso!

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    martes, noviembre 07, 2006 6:49:00 p. m.

    Bien dicho!

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    miércoles, noviembre 08, 2006 5:36:00 p. m.

    Hola Maria,

    Sabes, he pensado una cosa. Como no sé quien eres en realidad, quizás seas un amigo/a mío, y si no te conozco, quizás te lo tomas como algo personal, yo paro. Mi personaje, Eva, solo se divierte si el otro también lo hace. Y como no lo se, lo dicho. Di la tuya, y por mi parte sansacabó.

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    viernes, noviembre 10, 2006 1:45:00 p. m.

    En serio, Eva, tomas drogas?
    Estás perdiendo los papeles mujer. Solo hazme un favor, hipocresias las justas, si me pones a parir no me lances besos, me pone los pelos de punta tanta falsedad. Tu actitud desquiciada tambíen muestra ya no un débil corazón sino una débil estructura mental, puesto que llegar a este extremo cuando sólo te he dicho que no te pongas nerviosa ... me parece exagerado (disculpa la vulgaridad de la palabra 'exagerado', es que no tengo el diccionario de sinónimos a mano y no puedo poner una palabra más rebuscada).
    Por otro lado, yo no hago escritos, reflejo opiniones, y tú deberías hacer lo mismo, y dejar tu afán por imitar a Pamela, tus intentos resultan patéticos.
    Con respecto a tu educación mejor no digo nada, seguramente tus padres hicieron todo lo que pudieron.

    Me ha sorprendido tu última reflexión, de manera que eres un personaje ... vaya, imaginaba que sencillamente escribias como puedo hacerlo yo, o cualquier otro que le guste este blog. O sea que estás aquí para meter caña a la gente no?? vaya, ahora esto ya no me resulta tan interesante.

    ciao

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    viernes, noviembre 10, 2006 1:56:00 p. m.

    Oye, no tengo problema alguno en seguir discutiendo contigo, de veras me lo paso bien. De manera que, puedes responderme, siempre que tú quieras, claro.

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    lunes, noviembre 13, 2006 4:03:00 p. m.

    Ayyy, Mari, Marieta, que alegría saber que no te tomabas nada a pecho, entonces continuamos hablando, ahora estoy tranquila del todo... bueno, eso si no te importa que sea un "personaje". Pero sé que no te importa, porque en tu último comentario veo que dices que te lo pasas bien.
    Ciertamente, no tomo drogas...aunque he probado. algunas...recomiendo hacerlo almenos una vez en la vida, en serio.(A lo mejor probarlas te daría coherencia por una vez en la vida). Aunque te digo que no utilizaría un momento de tanto placer para dirigirme a ti.
    En serio crees que pierdo los papeles? No entiendo porqué.
    A lo que tu llamas lanzar besos, yo le llamo empatía, o simplemente intentar colocarse por un momento en el lugar que está el otro, sueles hacerlo tu? Trasgiversas, (con muy poco éxito, he de decirlo ) todas mis buenas intenciones.
    Veo que las explicaciones largas te colapsan un poco, ya que para ti son exageradas. No te preocupes, si te cuesta entenderlas intenaré ser un poco más breve a partir de ahora. Seguramente, no tendrás que llamarme exagerada, no te costará ningún esfuerzo leerlo.
    Para tí es vulgar "exagerado"? Madre mía que fina que eres...Sí, que tienes un diccionario a mano, en internet hay muchos, di que simplemente no te apetece hacer el esfuerzo.(No leer textos largos, no buscar en internet un simple diccionario...bla, bla, bla... No cuesta tanto esfuerzo, eh!).
    Y bueno, me parece muy bien que reflejes tu opinión a través de un escrito, no entiendo que quieres decierme con esta diferencia, el escrito es el medio que utilizas para reflejar tu opinión, no?
    Respeto tu opinión sobre mis escritos, es normal que te resulten patéticos, puesto que se nota a una legua que no te caigo demasiado bien.Y sí, los escritos de Pamela son maravillosos, estoy de acuerdo, me siento muy ligada a ella, también lo reconozco, pero las imitaciones no son lo mío, soy demasiado auténtica.
    En cuanto a la educación, es obvio que los padres hacen todo lo que pueden por los hijos, supongo que los tuyos también intentaron hacerlo lo mejor posible. Y bueno, los resultados, quedan aquí plasmados, no hay mucho más que decir.
    Entonces tienes la percepción de que te meto caña? Qué halago. No era mi intención. Mi intención era, responder a las barvaridades que no cuentas( que no son pocas )

    Un beso (lanzado, y sin falsedades),

    Eva

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    lunes, noviembre 27, 2006 10:49:00 a. m.

    No necesito perder tánto de mi preciado tiempo en contestar tus a insulsas recriminaciones. Craso error Eva, ciertamente, hay barvaridades que 'no cuento' por respeto a los lectores de este blog, tú misma ya eres un barvarismo, a la literatura, al respeto y a la humildad.
    No es necesario que vayas haciendo eco de cada frase que escribo solamente para poder aumentar la longitud de tu comentario, en serio, la calidad no está en el tamaño.
    Me resulta cansino responder a tan aburridos e infundados improperios , sobre todo cuando leo cosas como 'trasgiversar', uuuuuuu dios! se me ponen los pelos de punta de nuevo!
    Mira Eva, no estoy de humor para estas sandeces, mejor me voy a leer el último relato de Pam. Adiós.

    P.D. Hoy no estoy de humor.
    Adiós.

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    lunes, noviembre 27, 2006 2:56:00 p. m.

    Adiós!

    P.D. Yo sí que estoy de humor. Y va a más.

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    martes, noviembre 28, 2006 10:01:00 a. m.

    Queridas amigas virtuales,

    Mi corazón palpita de tristeza al ver cómo os lanzáis palabras como dardos emponzoñados. ¡Daros alegría y amor!

    Siempre vuestra,
    Pamela

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    martes, noviembre 28, 2006 12:27:00 p. m.

    Sí, AMOR, ALEGRÍA...que triunfe cada día!!!!

    Un beso Pamelita, no te preocupes, es divertido.

     

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