Carta de Václav
domingo, abril 20
Mis manos nunca hubieran desgarrado palabras salidas de las tuyas sin haberlas leído antes. Me hiciste daño, es cierto, pero sabía que en algún momento mis preguntas recibirían respuesta, y así se ha confirmado con la llegada de tu carta. En el fondo estaba seguro de que había un motivo para todo lo que había pasado.
Aunque tu forma de actuar me empujaba a pensar que nuestra breve historia había sido una mentira, supe leer las señales que me decían que no era así. La sinceridad de tu sonrisa, el brillo de tu mirada, aquellas caricias... Todo eso no podía ser fingido. Sé que puede sonar teatral, pero es lo que me decía el corazón. Así que no sufras, te creo. Siempre supe que tus sentimientos fueron sinceros.
Sí, fuimos afortunados en las pocas horas que estuvimos juntos, pero ahora sé que tenías razón y que actuaste de la forma correcta. Ahora sé que te hice cargar con todo el peso de la responsabilidad y lo duro que debió ser para ti, y soy yo el que debe pedirte disculpas. Tienes un alma generosa y llena de bondad. No hay mucha gente capaz de hacer lo que hiciste tú, pensando en mí en lugar de hacerlo en ti misma, a pesar de tus sentimientos. Ahora sé que sufriste más de lo que pude sufrir yo, entiendo el dolor que te debían producir los sentimientos contradictorios que te conducían en direcciones opuestas, y aún así hiciste lo correcto. Me empujaste a los brazos de la mujer de mi vida, a la que había estado a punto de perder por mi inconsciencia. Eso es más de lo que nadie ha hecho por mí, y te lo agradezco sinceramente, porque ahora entiendo y eso me hace apreciarte mucho más de lo que ya te apreciaba.
Ten presente, Pamela, que siempre serás la princesa de mis cuentos de hadas. Soberana de mi reino de la magia y de la fantasía. Protectora de uno de los mejores regalos que me han hecho y que nunca me harán. Puedes contar conmigo para lo que necesites, y ten paciencia, porque sé que encontrarás un hombre que esté a tu altura y que te dará todo el amor que te mereces, como puedes estar segura de que lo habría hecho yo.
Te aprecia, con todo su corazón,
Václav
P.D.: Ver cómo te besabas con ese hombre resultó tan doloroso que, sí, lograste apartarme de ti. Eres muy lista, pero fue algo muy arriesgado. ¿Sabes que estuve a punto de perseguirle para darle una paliza? En mi locura, incluso le estuve esperando en la recepción del hotel durante horas. Al final apareció, pero como no estaba solo recapacité y me fui. Otra vez tengo que darte la razón, Pamela, soy demasiado testarudo, por eso, en el fondo, sigo pensando que lo nuestro no sólo habría funcionado, sino que habría sido increíble.
Etiquetas: Mi vida
jueves, noviembre 06, 2008 12:03:00 p. m.
Pamela, ¿qué es de tu vida?
Estamos deseosos de leer tus aventures y desventuras!!