El abrazo de los muertos

lunes, julio 21


Queridos amigos virtuales,

La maldita sirena que vivía en el mueble bar no dejaba de cantar, así que decidí echarme una siesta. Soñé que corría por un campo de flores en cuyo interior brotaban todos los cócteles del mundo. Estaba bebiendo de ellas cual colibrí, cuando me interné en un horrible bosque multicolor y apareció la Reina de Corazones, vestida de Ágata Ruiz de la Prada. Me perseguía armada con unas tijeras y la infame intención de cortarme la melena. Se puso a llover y mis tacones se clavaron en el fango, deteniendo mi avance. La Reina estaba cada vez más cerca. El lodazal absorbió mis piernas como si fueran arenas movedizas y vi que estaba sembrado de huesos y calaveras. Los espíritus de los muertos eran los que me estaban hundiendo en el barro, agarrándome de piernas y brazos. En sus ojos no había odio, sólo una silenciosa súplica.

Desperté sudorosa y con el cerebro tan colapsado de miedo que pensé que me estallaría el corazón. Salí corriendo de la cama para huir de allí aunque fuese en picardías. Me detuve frente a la puerta porque había una nota colgada en ella: "Pamela, soy Christopher. Tranquila. Estás en tu casa y nada puede hacerte daño porque estoy aquí para protegerte". Según mis pupilas recibían el impacto de las letras, mis constantes vitales se normalizaron y mi respiración se calmó. Pero cuando mis oídos recuperaron la capacidad de escuchar, pensé que seguía soñando:

—¡¿Pero se puede saber qué haces?! ¡Me has mojado el traje! —gritó una voz enojada.
—Perdona, ha sido un accidente —dijo una segunda voz. Venía del jardín.
—¡Pero cómo se puede ser tan inútil!
—Ya te he pedido perdón, así que no me insultes —exigió la segunda voz. Era Adam, mi jardinero.
—¡Apártate! Ahora voy a tener que cambiarme.
—Tranquilo, ¿eh?, que sólo es un poco de agua. No es para tanto —replicó Adam.
—Mira, jardinerito, eres un completo incompetente. Eso es lo que eres —tronó Christopher, lleno de odio.
—No se te ocurra volver a tocarme —amenazó Adam—, porque no respondo.
—¿Ah, sí? ¿Y qué vas a hacer? ¿Vas a pegarme?

La adrenalina que mi cuerpo segregó en ese momento me hizo pasar de la duermevela al pleno rendimiento en cuestión de milésimas de segundo. Abrí la puerta de un tirón y corrí hasta la puerta trasera de la casa. Christopher y Adam estaban forcejeando en el jardín con una fuerza propia de titanes. Tuve miedo de que se hicieran daño y grité hasta desgañitarme para que se separaran, pero no me hicieron caso. Había estallado una tormenta y la lluvia de puñetazos era imparable.

El primero en acertar el golpe fue Christopher. Se notaba que los suyos eran puñetazos expertos. Sin embargo, Adam era mucho más corpulento, y cuando su puño descargó en el abdomen de Christopher le obligó a doblarse y cayó de rodillas. Adam no tenía intención de continuar la pelea, pero los ojos de Christopher no decían lo mismo. Se lanzó y su placaje tiró a Adam al suelo. El chofer tenía al jardinero a su merced.

Mi amazona interior tomó las riendas de mi cuerpo y se lanzó, sin más protección que un picardías, sobre la espalda de Christopher, anudándole los brazos al cuello.

—¡Suéltalo! —gritó—. ¡Basta!

No sé qué ocurrió, pero lo siguiente que recuerdo es que salí propulsada por los aires. El vuelo se me hizo eterno. Creí que me iba a romper como una muñeca de porcelana cuando cayese contra el suelo. No obstante, ese momento no llegó. Aterricé en mi pesadilla, en la que cientos de muertos me cogían de las extremidades para hundirme en un líquido viscoso. Forcejeé con uñas y dientes, pero no conseguí liberarme. Me hundía y no podía respirar.

En sus ojos había una silenciosa súplica.

Sobrecogidamente vuestra,
Pamela

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Diamantes... 6

  1. Escrito por Anonymous Armando

    lunes, julio 20, 2009 9:19:00 p. m.

    Uala, qué fuerte Pamela!!!!

     
  1. Escrito por Anonymous Pamela

    martes, julio 21, 2009 10:27:00 a. m.

    Querido Armando,

    Sí, más que fuerte, fuertísimo.

    Siempre tuya,
    Pamela

     
  1. Escrito por Anonymous Anónimo

    martes, julio 21, 2009 9:04:00 p. m.

    Orujo de hierbas

    Dejate de tonterias Pamela y buscate un hombre de verdad, vente conmigo al campo tengo lechones nuevos que seguro te gustan y deja al pijo del conductor ese que tienes y al jardinero, que ya me gustaria a mi verlo segando campos.

     
  1. Escrito por Anonymous Pamela

    miércoles, julio 22, 2009 11:29:00 a. m.

    Querido Orujo de Hierbas,

    Tu ofrecimiento es sin duda de lo más tentador, querido, pero, muy a mi pesar, me veo en la obligación de rehusar. Creo que lo de los lechones suena demasiado interesante para mí.

    Siempre tuya,
    Pamela

     
  1. Escrito por Anonymous Isella

    viernes, agosto 14, 2009 10:49:00 p. m.

    Pame, que bueno que te gustaron mis poemas, espero que podamos ser amigas y poder comunicarnos siempre. Un abrazo cherie.
    Atte.
    Princesa

     
  1. Escrito por Anonymous Pamela

    sábado, agosto 15, 2009 3:39:00 p. m.

    Querida Isella,

    Por supuesto que podemos ser amigas virtuales, me encantará. De hecho ya siento en las pestañas una energía electromagnética especial, oh.

    Siempre tuya,
    Pamela

     

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